Con la llegada del verano se dejan atrás las bebidas y alimentos calientes para dar paso a los granizados y helados, y desde 2009 en España podemos disfrutar de un alimento refrescante a la par que sano: el yogur helado. Este producto llegó de la mano de Pedro Espinosa, un empresario murciano que dejó su puesto de ingeniero en la multinacional British Petroleum para fundar la ahora franquicia Llaollao.
A pesar de querer que fuese en Benidorm, el primer Llaollao se abrió en Denia (Alicante) y, tras ver lo bien que funcionaba y la demanda que tenía, Espinosa y sus socios se replantearon el modelo de negocio y decidieron convertir Llaollao en una franquicia. Siete años después de su apertura, Llaollao consigue facturar 50 millones de euros gracias a sus más de 200 tiendas repartidas por todo el mundo desde que en 2011 se abriese el primer local en Portugal, comenzando así su expansión internacional.
El secreto del éxito de Llaollao radica en su buen producto a buen precio, que aúna placer y salud a un precio asequible. A pesar de la competencia, Llaollao sigue atrayendo a numerosos clientes, tanto en verano como en invierno, y posee el honor de ser la primera franquicia de yogur helado que apareció en España.