Completamente chino, sin ningún componente americano. Hasta el momento, todos los superordenadores chinos, como el mencionado Tianhe-2, usaban elementos extranjeros como chips del gigante americano Intel. Por tanto, este logro es especialmente relevante porque es la primera vez que un país construye un ordenador de estas características con elementos locales. Sunway TaihuLight es el nombre de esta joya tecnológica y se empleará para estudios relacionados con el cambio climático, ciencia y el análisis de datos.
Otro factor relevante de esta nueva creación es el número de superordenadores chinos que están dentro del Top 500. En el año 2001 China no tenía ningún ordenador dentro de la lista de los 500 mejores y hoy es el país con más superordenadores dentro de esta clasificación: 167 frente a los 165 de Estados Unidos. Europa también tiene cabida en esta competición computacional. Dispone de 105 ordenadores en la lista de los 500 más poderosos liderando la clasificación Alemania, con 26 superordenadores, seguida por Francia, con 18, y Reino Unido, con 12. España cuenta con un superordenador. Es el Mare Nostrum y ocupa el puesto número 105.
Durante los últimos años, tanto el gobierno chino como potentes empresas privadas (Baidu o Alibaba) han invertido en sistemas computacionales para asumir la evolución de los datos. Por supuesto, este logro choca con el rival tecnológico de China, Estados Unidos, que sigue sustentado una tecnología arcaica. Según estudios recientes, EE.UU tardará más de dos años en crear un ordenador que pueda compararse con el Sunway TaihuLight.
Pero, ¿qué es un superordenador? No es el típico PC al que estamos acostumbrados. Tampoco es un Mac. Los superordenadores son máquinas con una enorme capacidad de cálculo que se utilizan para temas muy complejos.