Desde la misma empresa se considera el pasado ejercicio como uno de transición, pues la gestión ha sido compartida entre la antigua Pescanova –propietaria del 20% accionarial– y la banca que asumió el volumen de deudas (superior a los mil millones) tras entrar en concurso el pasado año. En la próxima junta se aprobarán las cuentas individuales y consolidadas del periodo, así como la propuesta del consejo de no aceptación de las gestiones de Pescanova.
El presidente de la nueva sociedad, Jacobo González-Robatto, espera adoptar las medidas oportunas para limar asperezas entre los propietarios y recuperar la ruta de los números positivos que permita a la multinacional superar la suspensión de cotización en bolsa que pesa sobre ella desde hace tres años.