Muchos, casi 135.000, solicitaron la restitución de su dinero (unos 700 millones) a través de oficinas Bankia, valiéndose para ello del proceso articulado en las mismas; mientras que el resto, lo hizo por vía judicial. La entidad bancaria da por cerrado el plazo de tres meses que se habilitó para la citada liquidación, aunque también ha remarcado que todavía quedan abiertos cerca de 30.000 procesos judiciales relacionados con el asunto.
La compañía había dotado en los dos últimos años un volumen de provisiones lo suficientemente importante (unos 1.840 millones de euros) como para afrontar sin trauma las contingencias asociadas a la operación. La idea de Bankia es intentar liquidar lo más pronto posible –ya sea con acuerdos o ajustando procesos– aquellos frentes judiciales que todavía tiene abiertos. Se evitaría entonces costes y retrasos que llegado a este punto se antojan totalmente innecesarios.