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Amazon afirma que la IA acelerará la transición energética, en lugar de ralentizarla

La multinacional está invirtiendo en soluciones de última generación libres de carbono.

Logotipo de Amazon Alexa en la pantalla de un teléfono móvil con la frase "La revolución de la IA" escrita al fondo. (Ilustración: Idrees Abbas/SOPA Images/LightRocket a través de Getty Images)

En todo el sureste y el Atlántico medio, los planificadores de servicios públicos advierten de lo que el gestor de la red, PJM Interconnection, describe como un aumento sin precedentes en la demanda de electricidad. Los centros de datos, impulsados en gran medida por el rápido crecimiento de la inteligencia artificial (IA) generativa –un tipo de IA que puede crear textos e imágenes originales– podrían duplicar el consumo de energía en algunos estados a finales de la década. A los responsables de la red les preocupa que este aumento pueda saturar la expansión de las energías limpias, obligar a las empresas de servicios públicos a recurrir a los combustibles fósiles como respaldo y ralentizar el impulso global hacia la descarbonización.

Pero Amazon lo ve de otra manera. En conversaciones con su equipo de sostenibilidad, surgió una tesis convincente: la IA no está impulsando la dependencia de combustibles más contaminantes. Al contrario, está acelerando la transición hacia las energías limpias. La IA mejorará la previsión de la demanda, reducirá los residuos logísticos y llevará al mercado nuevas energías limpias a gran escala más rápido de lo que esperan los críticos.

«La IA está aquí y está impulsando la urgencia. Al principio era el clima el que la impulsaba. Ahora es la IA», me dijo Kara Hurst, directora de Sostenibilidad de Amazon.

¿Por qué Amazon se muestra tan segura? Dos palabras: escala y sistema. La empresa ya es líder mundial en la compra corporativa de energía renovable, un papel que ha mantenido durante cinco años consecutivos. En su informe de Sostenibilidad de 2024, Amazon señaló que sigue obteniendo energía de la red local, que puede incluir fuentes de combustibles fósiles, pero lo compensa comprando energía renovable y créditos equivalentes a su consumo anual de electricidad.

Pero Amazon no se limita a la energía renovable. Está invirtiendo en soluciones de última generación libres de carbono, incluidos pequeños reactores nucleares modulares, para satisfacer específicamente las nuevas demandas que introduce la IA. Para una empresa que gestiona enormes centros de datos y redes logísticas globales, el mensaje es claro: la era de la IA no es un desvío, es una vía rápida hacia la descarbonización.

Mejora de la eficiencia y la sostenibilidad

Un centro de datos de Amazon Web Services en Ashburn (Virginia, Estados Unidos). (Foto: Lexi Critchett/Bloomberg)

Amazon ha utilizado la IA y la tecnología para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de sus operaciones. Un ejemplo: la medición de la huella de carbono de sus productos. Lo que antes llevaba meses, ahora se puede hacer en unos 17 minutos. Esta rápida información permite a la empresa identificar rápidamente las áreas en las que se pueden reducir las emisiones, desde las opciones de embalaje hasta la logística de envío.

Tomemos como ejemplo los envases. En 2024, Amazon eliminó todas las almohadillas de plástico de los envíos y redujo el total de envases de plástico en un 16,4 %.

Y lo que es aún mejor, sus centros de datos son más eficientes y sus sistemas de agua reciclada se están ampliando a 120 emplazamientos. Para 2030, estas iniciativas podrían devolver 530 millones de galones de agua a las comunidades locales, lo suficiente para llenar 800 piscinas olímpicas.

¿La lógica de Amazon? A medida que crece el uso de la IA y la huella de los centros de datos, también lo hace la necesidad de modernizar todos los eslabones de la cadena de valor, desde la logística hasta el suministro de la red eléctrica. La empresa está utilizando la creciente demanda de energía impulsada por la IA como catalizador para desarrollar sistemas de energía limpia y mejorar sus iniciativas de eficiencia.

Estos esfuerzos van más allá de la logística y la energía. También afectan a comunidades reales.

Durante una conversación, Jeff Schweitzer, director global de Operaciones de Respuesta a Desastres e Innovación de Amazon, describió cómo las mismas redes logísticas de «última milla» que Amazon utiliza para enviar mercancías se despliegan en zonas de desastre: cartografiando el terreno afectado por las inundaciones con drones, retransmitiendo vídeo en directo a los equipos de primera respuesta y reutilizando los remolques de reparto para transportar suministros de emergencia.

«Utilizamos las mismas estrategias de última milla que empleamos para los clientes para entregar suministros de socorro. Esto ayuda a promocionar la marca de la empresa», me dijo Schweitzer.

Esta anécdota subraya el posicionamiento de Amazon: la sostenibilidad no se limita a las operaciones internas, sino que forma parte de una narrativa más amplia sobre la resiliencia de la comunidad. La IA y la logística se están aprovechando no solo para mejorar la eficiencia, sino también para generar impacto.

Las advertencias

No todo el mundo está convencido de que el enfoque de Amazon vaya a seguir el ritmo de la creciente demanda de energía relacionada con la IA. Los críticos destacan que la rápida expansión de los centros de datos podría superar el crecimiento de la capacidad renovable, especialmente en zonas donde las redes eléctricas siguen dependiendo en gran medida del carbón o el gas natural.

En Virginia, por ejemplo, algunos observadores señalan que las instalaciones solares de la empresa solo cubren una pequeña parte de su carga energética real. Las emisiones absolutas de Amazon han aumentado desde 2019, a pesar de las mejoras en las emisiones por dólar de ingresos. Gran parte de la adquisición de energía limpia se basa en acuerdos de compra de energía y créditos de energía renovable, que no siempre garantizan que la electricidad utilizada en cada momento provenga de una fuente renovable.

Amazon reconoce estas tensiones. «El camino para ser una empresa más sostenible nunca será lineal, y nuestro enfoque evolucionará continuamente con los nuevos retos y oportunidades», afirma Hurst.

La ambición por sí sola no es suficiente; el ritmo y la integración en todo el sistema son fundamentales para garantizar que la IA impulse la descarbonización en lugar de socavarla.

Amazon se mantiene firme y está dejando clara su postura: el auge de la IA no es una amenaza para el clima, sino una palanca para la descarbonización. La empresa está abordando esta cuestión mediante la modernización de toda su cadena de valor, desde la logística y la robótica impulsadas por la IA hasta los sistemas avanzados de refrigeración y agua reciclada, al tiempo que amplía el uso de energías renovables e invierte en tecnología nuclear de última generación para satisfacer la creciente demanda de energía.

«Estamos invirtiendo en innovación, y los mayores beneficios para nuestros clientes se encuentran en la sostenibilidad», afirma Hurst, subrayando cómo se están utilizando conjuntamente la tecnología, las operaciones y la estrategia energética para lograr un crecimiento más limpio desde el diseño.

Queda por ver si Amazon acabará liderando el mundo empresarial en el aprovechamiento de la IA como motor climático. Pero una cosa está clara: la computación en la nube, la logística y la energía limpia están convergiendo, y Amazon no se limita a seguir el ritmo. Su objetivo es acelerar el cambio.

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