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Cómo configurar una cartera de fondos de inversión en la recta final del año

Cómo configurar una cartera adecuada de fondos de inversión en la recta final del año
Foto: Pexels

Nos adentramos en el último trimestre de un año realmente atípico. A los efectos de la Covid-19 en la economía se unen otras incertidumbres que, aunque han perdido protagonismo, siguen muy vigentes como el brexit y las elecciones en EE UU. ¿Cómo deben posicionarse los inversores en fondos?

No hay duda de que 2020 pasará a la historia como un año negro para la economía mundial y sobre todo para la española debido a los infames efectos que la Covid-19 ha tenido tanto en vidas como en cifras económicas y sociales.

Aunque es cierto que el shock económico ha sido global, también lo es que nuestro país va a sufrir el mayor descalabro económico de todos los países desarrollados, como ya ha avisado la OCDE. El propio Banco de España pronostica una contracción de más de un 12,6% del PIB este año y una recuperación lenta y dolorosa. Quizá por eso el Ibex 35, el selectivo español, se ha dejado más de un 20% desde enero ocasionando un gran impacto en el bolsillo de los ahorradores. Sólo un dato, los cinco mayores fondos de renta variable de nuestro país todavía están en números rojos.

A nivel mundial el impacto en los mercados ha sido menor, sobre todo en Estados Unidos, donde el S&P 500, el selectivo estadounidense, se ha recuperado hasta el extremo de conseguir batir máximos espoleado por las grandes tecnológicas. Por eso los fondos que invierten en estos gigantes o tendencias como las energías limpias, la salud o el oro encabezan la lista de la rentabilidad de los fondos a nivel mundial. Frank Schwarz, gestor de Mainfirst, comenta que “en lo que respecta a la búsqueda global de rendimientos, la bolsa de Estados Unidos ha sido la que más apoyo ha recibido este año. La significativa caída de rentabilidad de los bonos del tesoro del país ha generado una mayor reasignación hacia la renta variable, especialmente hacia las empresas con modelos de negocio de crecimiento sostenible”.

No hay que olvidar tampoco la red de protección que siguen tejiendo los bancos centrales del mundo, que han confirmado que mantendrán los tipos en niveles cero o negativos durante mucho más tiempo. Un esfuerzo que se une esta vez a la apuesta de los gobiernos por sujetar la economía con grandes paquetes de estímulo. La propia Unión Europea, que hasta ahora se había caracterizado por no ponerse de acuerdo ante grandes temas, ha sido capaz de poner en marcha un Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros que implicará la emisión de bonos europeos; algo impensable hace apenas unos meses. Como explica Martyn Hole, Investment Specialist de Capital Group, “se podría decir que este acuerdo es algo así como cruzar el Rubicón. Por primera vez, la Unión Europea ha dicho que asumirá responsabilidades conjuntas en la emisión de deuda. Creo que esto probablemente ha aumentado la posibilidad de una mayor coordinación fiscal”.

Es decir, esta gran crisis económica ha provocado que todos los actores necesarios para orquestar la recuperación hayan actuado más rápido que en crisis anteriores. Si a eso se le suma la esperanza de la cerca- nía de una vacuna eficaz, es comprensible la rápida reacción de muchos mercados a partir del segundo trimestre.

Quizá por ello el patrimonio en fondos de inversión en España ha crecido en los últimos meses a pesar del descalabro sufrido durante las primeras embestidas del virus y los confinamientos. Como explica Puy Carazo, directora de asesoramiento de Deutsche Bank Wealth Management “la industria de fondos ha sufrido lo mismo que hemos sufrido cada uno de nosotros, esto es, la sorpresa de una pandemia mundial, que como una ola te coge por sorpresa y te da un buen revolcón. Pero pasado el primer enviste de marzo, la industria ha reaccionado con agilidad en la respuesta a los inversores, con información, análisis y opiniones, que sin que necesariamente cambien la situación real, si dan apoyo y confianza a los inversores”.

Como señala José María Luna, socio de Luna Sevilla Asesores Patrimoniales Forbes, “la falta de alternativas al ahorro más conservador en productos tradicionales como son los depósitos bancarios, junto con (ojalá) mayor grado de madurez del inversor español que ha sabido aguantar mejor el tipo ha permitido que no haya habido una salida de dinero en fondos de inversión. De hecho, ha seguido creciendo”.

Algo en lo que coincide Marío Díaz, director de negocio de Imantia, que indica que “ha quedado patente, una vez más, que los fondos de inversión siguen siendo la forma favorita de los españoles para ahorrar e invertir”.

Cómo configurar una cartera adecuada de fondos de inversión en la recta final del año
FUENTE VDOS. Datos a 19 de septiembre.

¿Cuáles son los riesgos?

Además de los rebrotes del virus y su impacto en la economía, los temores siguen siendo los mismos que existían antes de la llegada de la pandemia. David Macià, director de Inversiones de Crèdit Andorrà Asset Management, advierte que “los inversores acostumbran a centrar sus preocupaciones en lo que parece más relevante en cada momento, relegando a un segundo plano otros aspectos. En cuanto se mitigue la incertidumbre actual generada por la pandemia –por la confirmación de una vacuna efectiva, por ejemplo–, los inversores deberán decidir si los precios de los activos tienen recorrido o no y, para eso, probablemente vuelvan a la palestra muchas de las preocupaciones que ahora han quedado aparcadas”.

Andrea Conti, director de Macro Research en Eurizon, alerta de que “los mercados siempre tienen un motivo de preocupación, los mercados nunca se relajan. Esperemos que la mayoría de las preocupaciones de los mercados no creen tanta volatilidad como la atención que atraen. Y esperemos que sólo muy pocas preocupaciones tengan el potencial de terminar un ciclo económico y de mercado”. Pero, aunque no acaben con el ciclo del mercado, lo cierto es que hay riesgos. Laurent Denize, Global Co-CIO de Oddo BHF Asset Management, alerta de que “hay varios factores que marcarán el rumbo en los próximos meses, ante todo la evolución de la pandemia de la Covid-19. En el plano político, unas elecciones caóticas en EE. UU. y, en menor medida, un Brexit desordenado podrían provocar ciertas turbulencias en las bolsas, pero no esperamos que sean factores determinantes”

Pero no serán los únicos. Estampado en lo que José María Luna describe como el “muro de las preocupaciones” hay otros riesgos que podrían elevar la volatilidad, como las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y las exigentes valoraciones de muchos activos financieros tanto en renta fija como en renta variable.

“Aunque yo creo que podemos convertir cada muro en un peldaño que nos permita avanzar y lograr nuestras metas”, afirma el experto.

El inversor español, entre los más optimistas

El inversor español sigue siendo uno de los más optimistas del mundo a pesar de que la economía del país está entre las que más se han hundido y que la recuperación podría ser lenta y costosa.

El Estudio Global de Inversión de Schroders 2020 indica que el 67% de los inversores españoles considera que el impacto de la crisis económica provocada por la pandemia durará entre 6 meses y 2 años. Un porcentaje que supera la media europea, que está en el 63%.

Pero a pesar de que conoce la gravedad de la situación, las expectativas de rentabilidad media anual del inversor español para los próximos cinco años siguen siendo optimistas, alcanzando el 10,03%, un dato superior a la media europea. Eso sí, inferior al de regiones como América o Asia. El optimismo es aún más marcado que el año pasado, cuando esperaban que sus inversiones generasen una rentabilidad media durante los próximos 5 años del 9,2% anual.

Carla Bergareche, directora general de Schroders para España y Portugal, señala que “no hay duda de que el impacto del Covid-19 en las economías, los mercados y nuestra vida en general será sustancial en los próximos años. Los inversores españoles son conscientes de ello, sin embargo, siguen teniendo unas expectativas de rentabilidad a priori demasiado optimistas, sobre todo en este entorno de tipos bajos, bajo crecimiento y valoraciones ajustadas”.

Seguir invertidos

Los riesgos existen. Pero no por ello hay que obsesionarse por calcular el momento exacto en el que aparecerán para proteger nuestras carteras. Eso es lo que la jerga financiera anglosajona califica como “market timing”. Lo que prácticamente todos los expertos consultados por Forbes aconsejan es seguir invertidos. Puy Carazo recuerda que “los análisis muestran que mantener la inversión en un horizonte a largo plazo parece ser la mejor manera de capturar la prima de riesgo, que es necesaria para compensar adecuadamente a los inversores de renta variable”. Algo en lo que coincide Ignacio Perea, director de Inversiones de Tressis, que afirma que “nuestra filosofía es mantenerse invertido con la posibilidad de matizar el posicionamiento con movimientos limitados y ajustando los estilos de gestión mediante una buena selección de gestores”.

De hecho, esa parece ser la clave, mirar al largo plazo y no dejarse asustar por posibles eventos de volatilidad. Eso sí, la situación exige cautela y asesoramiento porque parece que todavía hay oportunidades y que sólo hay que buscarlas.

¿Dónde están las oportunidades?

Richard Dunbard, Director de Multi-Asset de Aberdeen Standard Investments, afirma que “todavía nos gusta la renta variable estadounidense para el largo plazo, aunque pensamos que hay más valor en otros lugares. Por eso, recientemente hemos añadido a nuestras carteras renta variable europea, sobre todo de los sectores que se beneficien del aumento del gasto en infraestructuras. También proporcionan buenas oportunidades algunas áreas bien seleccionadas dentro de los mercados emergentes”. Dentro de la renta fija el experto destaca algunos segmentos como la deuda financiera.

Un activo que repiten desde muchas firmas como La Française AM. De hecho, Gilles Seurat, gestor de fondos de multiactivos de la entidad apunta que en este entorno “preferimos la deuda subordinada financiera (AT1), así como del crédito corporativo (tanto de grado de inversión como high yield)”.

Por su parte, María García, directora de ventas en España de Edmond de Rothschild AM afirma que “hemos aumentado la exposición a las acciones europeas, mientras que hemos reducido la ponderación en Estados Unidos” La experta indica que “igual oportu- nidad encontramos en otros activos ilíquidos, como el Private Equity o los Activos Reales, activos que dada su descorrelación y valoración actual, están comenzando a incorporarse o aumentar su posicionamiento en muchas carteras”.

Pero hay firmas que se van más lejos. Desde UBS AM, su Country Head en España, Álvaro Cabeza, apunta a Asia. “Pensamos que China, en general y su mercado de bonos en particular ofrecen una rentabilidad atractiva y descorrelación frente a otros activos”.

Lo que ha demostrado la historia de la inversión es que los miedos no producen rentabilidad y que, aunque existen y en esta última recta del año parecen que responden a temo- res reales, lo cierto es que aquellos inversores que tengan capacidad de aguantar y cuenten con un buen asesoramiento y un horizonte de largo plazo, podrán seguir ganando dinero. La suerte no está echada.

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