Las personas contratan a personas. Las personas colaboran entre sí. La gente toma decisiones de promoción y, por lo tanto, el éxito profesional depende de las relaciones con las personas, es decir, de la fuerza de tu red. Sin embargo, no es necesario ser una persona extrovertida, un improvisador nato o la persona más popular en la sala. Aquí están cinco estrategias de Networking que incluso el profesional más, más tímido puede utilizar:

Empieza por donde estás ahora mismo.

Por muy tímido que seas, conoces bien a unas cuantas personas, por lo que ya tienes por dónde empezar. ¿Hay personas en ese grupo que son usuarios activos de las redes sociales? Pide sus mejores consejos. Asiste a un evento con ellos para verlos en acción. Puede que esas personas conozcan a otras personas en las áreas en las que estás interesado y pueden presentártelas.

Pero antes de asumir que necesitas conocer a más gente, hay que empezar por quien ya conoces. Si estás empezando a ampliar tu red de contactos, el primer paso está en tu lista de amigos o familiares que puedan estar conectados con metas profesionales. Empieza por reavivar y fortalecer esas conexiones, porque hacer contactos no siempre es conocer a gente nueva. Esto puede incluir organizar una comida.

Contar con la ayuda de tu jefe (en nombre de la productividad).

Una vez que hayas entrado en la dinámica de “hacer contactos”, puedes empezar a conocer a gente nueva, lo que incluye contar con la ayuda de tu jefe. Está claro que la persona que está por encima de ti tiene mucho que aportarte en cuanto a contactos. Además, puede enseñarte acerca de otros departamentos de tu empresa u otras áreas de tu sector. Es bueno ir con la “excusa” de que todo esa red de personas es para aumentar tu productividad.

Conocer gente en diferentes departamentos es un buen desarrollo profesional. Si tu jefe no es de apoyo (o no un buen networker), pídele a un ex gerente o a un veterano de la empresa. Si las personas recomendadas están fuera de tu entorno, pueden aportarte diferentes perspectivas.

Hacer que la gente vaya a ti.

Imagínate un tarro de caramelos: quieres conocer a todo el mundo de tu alrededor, pero te da cierta vergüenza llamar uno a uno, por lo que decides poner un tarro de caramelos en tu escritorio para animar a que la gente vaya a él. También es bueno ofrecerse voluntario para organizar un encuentro fuera de empresa o una conferencia profesional. Se trata de hacerse ver ante los demás.

Que sea un juego.

Asignarte una misión y seguir las pautas (como si de un juego se tratara): enviar un correo a las personas de tu antiguo empleo, hablar con tres personas que no conozcas o no hablar con nadie que lleve un accesorio rojo, hacer una actividad en las próximas 72 horas…

Utiliza tu pasión.

Robert Steven Kaplan es un experto en liderazgo, profesor y Senior Associate en Harvard Business School. Según Kaplan lo que realmente se necesita para dirigir se llama carisma, coraje y energía. Es más fácil conectar con alguien que está relacionado con algo que te importa.

En su vida diaria, esto podría significar saltarse la vinculación profesional y unirse a un proyecto de servicio que le guste o dar clase de algo con lo que siempre has soñado… Hacer algo que parezca que no esté relacionado con el trabajo, pero que suma a la red de todos modos. ¿Quieres una red diversa?

Networking no significa ser capaz de trabajar de una habitación llena de gente que no conocer. Tienes que ser capaz de establecer estructuras de apoyo, como el caramelo en tu escritorio.