Sus salidas nocturnas
Si llega con los ojos rojos nadie tiene por qué saber si es porque viene de resaca y sin dormir, o si es porque tiene algún tipo de alergia. Un empleado astuto, especialmente joven, no mencionará sus costumbres en relación al entretenimiento y la vida nocturna.
Sus ideas políticas y religiosas
Como mucho sabrás su equipo de fútbol y, según el ambiente de la oficina, a veces ni eso, porque puede traer disputas absurdas en según qué días del calendario deportivo. Un empleado listo evitará estos temas con el objetivo de que no afecten a la imagen que los demás tienen de él.
Lo que realmente piensa de los demás (si es malo)
A menos que sea algo muy evidente e imposible de tapar, nunca oirás a un trabajador astuto hacer comentarios despectivos o negativos sobre otros empleados de la empresa. Oír ver y callar sobre los demás es una de sus máximas para triunfar.
Su estado financiero
A nadie le importa lo que un empleado tiene o deja de tener en la cuenta. Este tipo de datos solo sirven para generar envidias, malentendidos y comentarios desacertados, así que un empleado con dos dedos de frente evitará hablar de economía doméstica.
Lo que ha colgado en Facebook
Básicamente, porque si tiene dos dedos de frente, a ese trabajador no se le habrá ocurrido agregar a nadie de la oficina a esta red social. O, en caso de haberlo hecho, tendrá muy bien seleccionado que cosas pueden ver o no ver, por eso, ante el riesgo de hablar más de la cuenta, evitará el tema Facebook en la oficina.
Lo mucho que odia su trabajo
Si alo le aburre o lo detesta lo hará sin armar mucho escándalo. Un empleado astuto evita las quejas y trata de pasar lo más desapercibido posible. Sus ideas son suyas y a los demás no les incumben.