¿Crees que tu empresa vale millones? Piénsalo otra vez. Una encuesta reciente reveló que el 96% de los propietarios de pequeñas empresas no sabe cuánto vale realmente su negocio. ¿Y la mayoría? Sobreestiman la valoración de su negocio, a veces en seis cifras o más.
En este artículo, vamos a aclarar los errores, los malentendidos y la confusión que rodean a las valoraciones de las pequeñas empresas. Voy a responder a las cinco preguntas más frecuentes que se hacen los empresarios sobre la valoración. Tanto si quieres vender este año como si quieres hacerlo dentro de tres años o nunca, como propietario de una empresa, este artículo te dará la claridad necesaria para tomar decisiones más inteligentes y estratégicas a partir de hoy.
1/ «¿Por qué no puedo estimar el valor de mi negocio basándome en los ingresos o en mi intuición?»
Empecemos por el clásico: «Mi amigo vendió su agencia por cuatro veces sus ingresos. Yo he trabajado mucho. Sé lo que vale la mía».
Lo oigo todas las semanas. Pero esta es la verdad: tu esfuerzo, tu instinto, tu cifra de jubilación deseada… nada de eso define el valor de mercado.
No es personal. Son sólo negocios.
Los propietarios de empresas suelen adivinar el valor de su negocio de formas poco fiables:
- Se basan en el precio de salida de un amigo.
Utilizan un múltiplo de «regla general» (como tres veces el beneficio).
Lo anclan a lo que necesitan para jubilarse.
¿El problema? Ninguno de estos métodos refleja lo que un comprador está realmente dispuesto a pagar.
Cada negocio es diferente. Lo que se vende por cuatro veces el beneficio en un sector puede apenas llegar a dos veces en otro. Factores como la rotación de clientes, la implicación del propietario, los ingresos recurrentes y el riesgo de mercado son importantes, a menudo más que los propios ingresos o beneficios. Si su empresa no puede funcionar sin ti, no es tan valiosa como crees.
Acción: Separa el valor emocional de tu empresa de su valor de mercado. A continuación, utiliza un método de valoración basado en datos reales, no en conjeturas.
2/ «¿Hasta qué punto es precisa una herramienta de valoración que he encontrado en Internet?»
Seamos sinceros: lo gratis suele parecer demasiado bueno para ser verdad. Entonces, ¿hasta qué punto es fiable una herramienta de valoración online?
La mayoría de los propietarios asumen que una valoración gratuita es sólo un truco. Pero no todas las herramientas son iguales. Por ejemplo, la herramienta de valoración que siempre recomiendo a los empresarios no se basa en conjeturas. Se basa en más de 4.500 salidas de empresas reales, con un total de más de 30.000 millones de dólares en operaciones en seis continentes. Compara tus cifras con los patrones de ventas reales, teniendo en cuenta los ingresos, los márgenes de beneficio, las tendencias del sector y mucho más.
¿Significa eso que es una valoración completa? Pero, ¿es un punto de partida potente e independiente para los propietarios de pequeñas empresas? Por supuesto que sí.
Acción: Cuando utilices una herramienta de valoración, sé honesto sobre los beneficios, el sector, la base de clientes y la tasa de crecimiento de tu empresa. No se trata de impresionar a nadie. Se trata de obtener una imagen real de tu situación y de lo que puede mejorar.
3/ «¿Por qué mi valoración es más baja de lo que esperaba?»
Esta pregunta escuece. Introduce los números, pulsa «calcular» y el resultado es como un puñetazo en el estómago Si es tu caso, no estás solo. La mayoría de los empresarios se llevan la misma sorpresa. Esto se debe a que tendemos a sobrevalorar el esfuerzo y a subestimar el riesgo.
Esto es lo que puede estar disminuyendo el valor de tu empresa:
- Sigues siendo la cara de la empresa.
No hay ingresos recurrentes.
Los márgenes de beneficio son escasos.
Las operaciones dependen demasiado de ti o de un equipo reducido.
La diferencia entre lo que esperas que valga tu empresa y lo que realmente vale es lo que llamamos «la brecha de valor». Es el espacio entre lo que crees que vale tu empresa y lo que el mercado pagaría realmente.
Y esto nos lleva a una poderosa idea:
Hay una diferencia entre un negocio valioso y uno vendible.
Puede que hayas creado algo increíble. Pero si no puede funcionar sin ti, o si el crecimiento se ha estancado, los compradores ven el riesgo y pagarán en consecuencia.
Acción: Realiza una evaluación de preparación para tu salida para identificar los principales factores que frenan su valoración. A continuación, utilice esa información para construir una hoja de ruta hacia su gran salida.
4/ «¿Puedo confiar en los agentes de bolsa para valorar mi empresa?»
Respuesta corta: depende. Esta es la realidad: muchos agentes comerciales solo ganan dinero al vender su negocio. Eso crea un incentivo para inflar la valoración sólo para ganar su listado.
Y aunque una cifra más alta puede parecer buena al principio, también puede ser contraproducente rápidamente. Las operaciones se deshacen. Los compradores se marchan. Se pierden meses. La confianza se resiente.
La verdad es que sobrevalorar tu negocio no aumenta tus posibilidades de una mejor venta. A menudo retrasa la operación o la anula por completo.
Acción: Pide siempre a los intermediarios que te expliquen su metodología de valoración. Mejor aún, obtén primero una valoración independiente, para llegar a esas conversaciones con conocimiento de causa.
5/ «¿Cuándo deberías empezar a pensar en obtener una valoración de la empresa?»
Demasiados propietarios hacen esta pregunta cuando ya es demasiado tarde. «Todavía no vendo. ¿Debería molestarme?». Sí. Y he aquí por qué.
La valoración de una empresa no es sólo para los empresarios que quieren venderla. Es para los planificadores inteligentes que quieren opciones.
La valoración de tu empresa te indica qué parte de tu patrimonio neto está vinculado a la empresa y cuál es tu liquidez real. Te muestra cómo podría ser tu salida. Te ayuda a detectar puntos débiles antes de que lo hagan los compradores. Pero lo más importante es que te permite establecer objetivos claros y estratégicos para crear riqueza antes de que te agotes o te veas acorralado.
Piensa en ello como en un chequeo médico. No hay que esperar a un ataque al corazón para empezar a comer mejor. Te haces un análisis de sangre anual, introduces pequeños cambios y compruebas las mejoras.
Lo mismo ocurre con tu negocio.
Acción: Empieza a tratar tu valoración como un KPI (Indicador Clave de Rendimiento) financiero. Compruébala una vez al año. Comprueba cómo tus esfuerzos estratégicos están modificando la valoración. Así es como se construye la verdadera riqueza: a propósito, no por accidente.
Reflexiones finales: conoce la valoración de tu empresa, se dueño de tu futuro
La valoración de empresas tiene que ver con números y claridad, confianza y control.
Cuando sabes lo que vale tu empresa y lo que está frenando esa valoración, pasas de las conjeturas al liderazgo. Dejas de reaccionar y empiezas a diseñar tu gran salida. Tienes que tomar decisiones: crecer o vender. Delegar o contratar. Automatizar o pivotar.
Empieza haciéndote las preguntas adecuadas y siendo lo bastante valiente para enfrentarte a las respuestas. Porque conocer la valoración de tu empresa… Es el primer paso para ser dueño de tu futuro.