1. Aprende una nueva habilidad o interésate por un departamento distinto. En la oficina todos desempeñamos una función distinta, acercarte a otro departamento distinto al tuyo puede sorprenderte gratamente. ¿Y si también te apasiona, por ejemplo, el marketing?
2. Aprender a empatizar y conoce nuevas formas de comunicación. No solo de habilidades vive el hombre, así que observa y detente en aprender cómo se comportan tus colegas de escritorio. En una labor psicológica y de observación podrás entender patrones sociales que no entendías.
3. Aprende algo nuevo sobre tu empresa. Seguro que tu corporativo no se creó con tu llegada, por eso acércate a algún compañero e interésate sobre cómo fue y qué hacía antes el lugar donde trabajas. Saber los antecedentes te permitirá predecir el futuro.
4. Aprende sobre la otra persona. Esto puede parecer una obviedad pero en ocasiones le ritmo de vida y de trabajo puede dejar de lado el aspecto más cercano y humano de nosotros. Preocúpate por qué le gusta o qué le interesa a quien pasa tantas horas contigo. Esto fomentará un ambiente de trabajo sano.
5. Aprende de ti. Esto es olvidado en la mayoría de las ocasiones, siendo un craso error. Conocer al resto será la llave para conocerte a ti mismo. Saber tus reacciones y tus comportamientos en sociedad te permitirá corregir o paliar algunos campos de tu persona que no te gusten. Pero claro, para eso tendrás que hacer el ejercicio de interesarte por tu compañero de trabajo.