Todos hemos visto las predicciones de que la inteligencia artificial (IA) transformará enormemente los puestos de trabajo y el empleo, pero no sabemos muy bien cómo.
Desde que quedó claro que el aprendizaje automático y los modelos de lenguaje generativo pueden encargarse de gran parte del trabajo basado en el conocimiento actual, hemos estado intentando predecir el impacto a largo plazo.
Los pesimistas advierten de un posible desempleo masivo que llevaría al colapso de la sociedad. Los optimistas predicen una nueva era de trabajo aumentado, que nos hará más productivos y nos permitirá centrarnos en la creatividad y las interacciones humanas.
Hay muchos pronósticos a gran escala. Una predicción del Foro Económico Mundial (FEM) afirma que la IA eliminará 92 millones de puestos de trabajo y creará 170 millones de oportunidades nuevas y diferentes.
No suena mal. Pero, ¿y si has trabajado 30 años en uno de los empleos que están a punto de desaparecer y no tienes ni idea de cómo hacer ninguno de los nuevos?
Hoy en día, vemos titulares sobre la pérdida de empleos debido a la IA con cada vez mayor frecuencia. Y, desde mi punto de vista, no hay mucha información sobre lo que se está haciendo para preparar a la sociedad para este cambio potencialmente colosal.
Entonces, ¿se está sustituyendo ya a las personas? Y si la IA está creando realmente nuevos puestos de trabajo, ¿cómo los conseguiremos?
Echemos un vistazo a la situación actual de lo que muchos llaman la mayor disrupción en la forma en que trabajamos desde la Revolución Industrial.
¿Qué puestos de trabajo se están perdiendo?
No hay que ir muy lejos para encontrar a personas que pierden su empleo a causa de la IA.
Algunos de los ejemplos recientes más sonados son el recorte de 6.000 puestos de trabajo en Microsoft, entre los que se incluyen ingenieros de software, vendedores, gestores de productos, abogados e investigadores. Un trabajo que cada vez realiza más la IA.
Poco después, IBM confirmó que prescindía de 8.000 empleados, en su mayoría trabajadores de recursos humanos, muchas de cuyas funciones también se están automatizando.
Esto sigue a rondas anteriores de despidos masivos en empresas tecnológicas que se han atribuido ampliamente a la IA, incluyendo 10.000 puestos de trabajo perdidos en Google en rondas de despidos desde 2023, 700 en Salesforce y recortes significativos en empresas más pequeñas pero aún conocidas como Klarna y Duolingo.
Algunas empresas han sido francas, como el CEO de la firma de comercio electrónico de Bangalore Dukaan, que despidió a todo su equipo de atención al cliente porque la IA era un 85% más eficiente.
Fuera del mundo de la tecnología y la ingeniería de software, también ha habido despidos en los medios de comunicación, remontándose a la decisión de MSN de sustituir a los reporteros humanos por IA en 2020.
Muchos de los afectados eran trabajadores de agencias, como también ocurrió cuando Klarna recortó el trabajo de 700 agentes de atención al cliente, alegando que todo podía hacerse con IA. Hace poco se supo que necesitaba recuperar a algunos de ellos.
Esto en cuanto a casos individuales, pero ¿qué hay de las tendencias generales? Por desgracia, el panorama también es bastante sombrío.
Trueup Tech Layoff Tracker lleva la cuenta e informa de que más de 77.000 personas se han visto afectadas en lo que va de año, es decir, una media de 495 personas al día. Esta cifra es ligeramente inferior a la del año pasado, que fue de 653 personas al día.
Otra forma de hacer un seguimiento de lo que está ocurriendo es preguntar directamente a la gente, y cuando lo hacemos, el 14% de nosotros afirma haber perdido un puesto de trabajo debido a un robot, según esta encuesta.
¿Se crean nuevos puestos de trabajo?
Bueno, eso es un sí prudente con la advertencia de que no hay pruebas de que esté ocurriendo a la escala y velocidad que necesitamos.
Curiosamente, no se trata necesariamente de empleos tecnológicos. Según el informe del FEM sobre el futuro del trabajo en 2025, la IA provocará un auge en el sector del reparto a domicilio, la construcción, la agricultura, el procesamiento de alimentos y la enfermería, ya que la gente se volcará en campos con escasez histórica de mano de obra que la IA aún no puede cubrir.
Cuando se anuncian despidos, es cada vez más frecuente que las empresas ofrezcan garantías vagas sobre capacitación y recolocación, sin detalles concretos. Una excepción es Ikea, que dijo que los trabajadores del centro de llamadas desplazados por la IA tendrían la oportunidad de reciclarse como asesores de diseño de interiores.
Hay algunos ejemplos de iniciativas a mayor escala destinadas a abordar este problema, como el compromiso de IBM de formar a dos millones de personas en habilidades de IA.
Pero hasta ahora, estas iniciativas son relativamente escasas, con pocos indicios de que la sociedad haya formulado alguna respuesta estratégica a la situación.
¿Sonambulismo hacia el precipicio?
Por lo que he visto, las economías avanzadas no están preparadas para afrontar retos que hace unos años eran totalmente teóricos, pero que ahora son muy reales.
Un factor que agrava esta situación es que muchos de los puestos que están amenazados son de nivel básico, como codificadores o diseñadores junior, o de baja cualificación, como trabajadores de centros de llamadas y empleados de entrada de datos.
Esto significa que existe el peligro de que los despidos provocados por la IA afecten de forma desproporcionada a los grupos económicamente desfavorecidos.
Hasta ahora hay pocos indicios de que los gobiernos estén priorizando su respuesta. Ha habido pocas estrategias claramente articuladas para gestionar la pérdida de puestos de trabajo o para proteger a los trabajadores vulnerables.
Tal vez la actitud sea que, como el sector tecnológico causó el problema y se está beneficiando de él, el sector tecnológico debe solucionarlo.
Ciertamente, la respuesta varía según la jurisdicción. En Estados Unidos, las discusiones sobre la regulación de la industria tecnológica, que permitiría al gobierno imponer obligaciones relativas a la gestión de los desplazamientos laborales, son constantes.
En el Reino Unido y Europa, sin embargo, los legisladores se pusieron del lado de las peticiones para que los proveedores de IA revelen el uso de material protegido por derechos de autor en el entrenamiento de sus algoritmos, lo que podría afectar a los puestos de trabajo en las industrias creativas.
El peligro es que, sin una respuesta planificada, podríamos caer fácilmente en una situación en la que el desempleo y los despidos supongan un riesgo de inestabilidad social y económica a largo plazo.
Navegando por el cambiante mundo laboral
A medida que pasa el tiempo, el impacto de la IA en el empleo se convierte menos en predecir el futuro y más en hacer frente a una realidad que cambia rápidamente.
Pero aunque esto ya está ocurriendo a nuestro alrededor, también es pronto. Aún hay tiempo para que particulares y empresas planifiquen un futuro en el que la IA y la automatización se encarguen de muchas más tareas que en la actualidad.
Para las personas, esto significa adquirir las habilidades que serán necesarias para seguir siendo valiosas en la era de la IA. A menudo, se trata de habilidades centradas en el ser humano, como el liderazgo, la comunicación, el trabajo en equipo, la atención al cliente o las habilidades interpersonales.
Para las empresas, significa optar por trabajar con sistemas de IA que aumenten las capacidades de las personas en lugar de sustituirlas, al tiempo que invierten en el aprendizaje permanente, la mejora de las cualificaciones y la gestión de la transición de la mano de obra.
Y para los gobiernos y reguladores, significa cumplir con su responsabilidad de garantizar que las empresas tecnológicas ayuden a los trabajadores desplazados a encontrar su camino hacia nuevas funciones más gratificantes y centradas en el ser humano.
