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Los desafíos de Pablo Isla al frente de la mayor empresa alimentaria del mundo

La llegada del expresidente de Inditex a Nestlé trae consigo diversos retos a superar, entre ellos ahorro de costes, recuperación bursátil y una mayor inversión en marketing.

La llegada de Pablo Isla, expresidente de Inditex, al liderazgo del coloso suizo de la alimentos y bebidas trae consigo diversos retos a superar. Isla asumirá su cargo de presidencia no ejecutiva de Nestlé a partir del 16 de abril 2026 y para ese entonces, deberá de estar preparado para liderar a la mayor alimentaria del mundo en un contexto de debilidad económica y desaceleración bursátil. Nestlé, con ingresos de más de 96.000 millones de euros en 2024 y un beneficio neto cercano a los 11.500 millones, ha visto caer su cotización un 23% desde 2021 y lucha por recuperar la cuota de mercado y rentabilidad por las que siempre se ha caracterizado.

Su entrada, en sustitución de Paul Bucke, consta tras haber sido vicepresidente y director independiente principal desde 2024. Asimismo, a su lado trabajará el consejero delegado Laurent Freixe, quien lidera las operaciones del día a día.

Ahorro de costes

Uno de los principales retos a los que se enfrenta Isla será contener la creciente deuda de la compañía, que al cierre de 2024 alcanzó los 56.000 millones de francos suizos, un 13% más que el año anterior. Esto, junto a márgenes en retroceso (17,2% en 2024) y un entorno con una inflación bastante presente, complica esta cura financiera. El plan para estabilizar las cuentas pasa por el programa “Fuel for Growth”, que pretende generar ahorros por 2.500 millones de francos hasta 2027. Para 2025, ya se han asegurado 300 millones, con la meta de llegar a 700 millones en ese mismo ejercicio.

Recuperación bursátil

Isla, quien se incorporó al Consejo de Administración de Nestlé en 2018, también deberá buscar la manera de recuperar el atractivo bursátil de Nestlé. Aunque en 2025 sus acciones han repuntado cerca de un 10%, la firma sigue por detrás de rivales como Danone o Unilever. Ciertos analistas e incluso el propio Freixe, plantean incluso una posible división del negocio de aguas, incluyendo marcas como Perrier y San Pellegrino, cuya venta está siendo asesorada por Rothschild y podría alcanzar los 5.000 millones de euros. Esta operación forma parte de una estrategia de reducción del portafolio de 2.000 a solo 30 marcas clave, priorizando productos como KitKat o Nescafé.

Crisis del chocolate

El encarecimiento del cacao y el azúcar ha reducido los márgenes de la división de confitería, lo que ha llevado a importantes caídas en ventas y cuota de mercado frente a las marcas blancas. En países como España, cadenas como Mercadona limitan la presencia de marcas tradicionales como las de Nestlé. En este contexto, recuperar espacio en los lineales será clave para mejorar la rentabilidad. A ello se suma la caída del negocio de congelados en EE. UU., que perdió un 15,5% en ventas por el cierre de operaciones en Canadá.

Reactivar el marketing

La estrategia de simplificación también apunta a reordenar prioridades y enfocarse en segmentos de mayor margen. Competidores como Danone ya han desinvertido en negocios secundarios para centrarse en productos de origen vegetal o nuevas startups a través de su brazo inversor. Nestlé podría seguir este camino si el rendimiento de ciertas divisiones no mejora. Mientras tanto, se prevé un aumento en la inversión en marketing, hasta el 9% de las ventas en 2025, con la meta de recuperar visibilidad de marca y reactivar el crecimiento.

Finalmente, Nestlé afronta un entorno global con demanda débil, oferta creciente y fuerte competencia. Aunque la firma lidera el mercado global de alimentación, la presión por mantener su posición en un entorno cada vez más dominado por productos más asequibles y marcas blancas obligará a Isla a equilibrar el ahorro, la innovación y el reposicionamiento estratégico. Las decisiones en torno a escisiones, inversiones selectivas y políticas de precios marcarán el rumbo de esta nueva etapa al frente del gigante suizo, en la que Isla seguirá afianzando una sólida reputación de liderazgo, forjada a través de hitos estratégicos y transformadores que consolidaron a Inditex como un referente global del sector textil tras sus casi dos décadas al mando.

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