1. No dan importancia a los contactos hechos hasta el momento
Conforme vamos creciendo nos damos cuenta de que tener una sólida red de contactos es una de las cosas más importantes en nuestra vida profesional. Pero al principio tendemos a dejarlos de lado y no tomarlos todo lo en cuenta que deberíamos. Puedes pedir ayuda o consejo a profesores de la universidad, familiares, amigos que ya tengan trabajo, etc.
2. No se saben vender correctamente
Para encontrar trabajo debemos saber vendernos, es decir, tener una buena actitud y una buena predisposición de cara al posible reclutador. Destaca tus mejores cualidades, tus logros académicos o en las prácticas que hayas realizado… En fin, muestra lo mejor de ti.
3. No investigan lo suficiente
En todos los sentidos: no buscan en todos los sitios web que deberían (lo que hace que se escapen muchas ofertas) e incluso no se informan bien a la hora de conocer una empresa de cara a la entrevista. Muchos recién graduados cometen el inexperto error de acudir a una entrevista sin saber nada (o casi nada) de la empresa a la que están postulando…
4. Descuidan su imagen en las redes sociales
Ya somos adultos, así que intenta controlar qué subes y qué no a tus redes sociales por muy privadas que sean. Muchas empresas rastrean la presencia de sus candidatos en las redes y es algo a lo que dan una gran importancia.
5. No saben planificar su búsqueda de empleo
Muchos mandan su CV de vez en cuando, cuando se acuerdan, cuando ven algo que les interesa… En fin, la clave está en seguir una rutina diaria de envío de CV y de búsqueda activa de empleo. Tomar la propia búsqueda como un empleo en sí.