“Fulanito es un tal”
No los oirás criticar a nadie en el trabajo. Si tienen que decir algo, se lo dirán a esa persona, pero no son muy dados a hacer comentarios a la espalda de los afectados, prefieren tener amigos y no enemigos.
“Es que el bus atropelló un gato y luego el metro estaba averiado y, y…”
Las excusas no son lo suyo. Si han cometido un error, acarrean con las consecuencias, pero no ponen excusas ridículas para salvarse de un rapapolvo. De hecho, gracias a esta sinceridad, precisamente, lo suelen evitar.
“No (porque quiero salir pronto, por ejemplo)”
A ver, matizamos esto, claro que saben decir que no y, de hecho, negarse a cosas es sano, pero a lo que nos referimos es que las personas con éxito no dicen que no a un trabajo extra por vaguería o pereza, tratan de hacerlo y ganar confianza.
“De esa manera es que no hay quien trabaje y claro”
No acostumbran a quejarse de las directrices que les dan a menos que esto les suponga realmente un problema o un calvario. Ellos se quejan lo justo y necesario, tienen perfectamente asumido que nunca lloverá a gusto de todos.
“Creo que me estás poniendo demasiada carga de trabajo”
Al menos de primeras, ellos no van a quejarse por tener demasiado trabajo. Al contrario, ellos disfrutan teniendo cosas que hacer y retos. Si de verdad están sobrecargados, lo dirán, pero a primera vista nada les parece mucho.
“Pues me estoy llevando 2.000 pavazos limpios al mes”
Saben que hablar de sueldos genera entre otras cosas envidias o sensación de desigualdad, así que prefieren mantener su sueldo como un dato privado. Posiblemente no tienen problema en revelarlo, pero lo que no harán es jactarse.
“Mi objetivo es llegar a tal”
Sus objetivos y sus metas son suyos y de nadie más. A menudo las personas con éxito son introvertidas y cuentan lo justo sobre sus intenciones. Prefieren ir poco a poco y no generar demasiadas expectativas en los demás ni en ellos mismos.
“Lo voy a dejar porque”
Ellos no suelen abandonar nada y menos con excusas. Si tienen que dejar algo es porque de verdad les es imposible hacerlo, pero les fastidiará muchísimo. Tienden a estar embarcados en mil cosas y a veces les supone un problema.
“Se aprenderá mucho, pero yo paso de estar aquí más tiempo”
No rechazan una oportunidad de aprender así como así. Si de verdad algo les va a aportar un valor añadido y les va a ayudar a aprender, no se lo pierden. La pereza desde luego no es su pecado capital.
“Lo siento, no puedo ayudarte (porque no me da la gana, vamos)”
Si pueden ayudar a alguien, lo van a hacer. Ellos saben que nadie es nada sin los demás y creen necesario ayudar y ser ayudados. Al fin y al cabo nunca se sabe quién te puede echar una mano a ti. Con o sin interés, pero ayudan siempre que pueden.