1. Documento breve pero llamativo
Dado que no tienes experiencia, tu currículum no podrá ser demasiado extenso, pero haz de él algo distinto. ¡Ojo! Eso no quiere decir que le pongas mil colores u horteradas de ese estilo… Si no que intentes hacerlo de una forma distinta al típico CV de plantilla estándar en Word (algo que demuestra poco o ningún interés).
2. Resalta tus logros académicos
No tienes experiencia, vale… pero seguro que tienes algo por lo que destacar: algún concurso en la carrera o en el instituto, alguna asignatura en la que hayas destacado, alguna tesis o trabajo… la clave está en destacar lo mejor de tu vida académica.
3. Presencia online y mail profesional
Entiéndeme… no es lo mismo tener un mail como mery_12345@…. A tener uno que sea maria.rodriguez@… ¿Sabes a lo que me refiero, no? Tu correo debe mostrar madurez, responsabilidad. Además, intenta tener presencia online, es decir: tu propio blog, colaboraciones con alguna revista online… cualquier cosa que demuestre que tienes interés.
4. Aprende a venderte y habla de lo que quieres conseguir
Cuando aún no hemos trabajado en ninguna empresa debemos, más que nunca, saber vendernos. Quizás no tengas aptitudes profesionales pero sí tienes una buenísima actitud y proactividad… ¡es eso lo que tienes que vender y mostrar! Haz ver tus ganas de aprender y crecer poco a poco. Di qué esperas conseguir en un futuro, cuáles son tus metas profesionales, qué esperas de ti en el corto y medio plazo…
5. ¡No mientas!
Por último, recordarte que no te sientas tentado por la mentira. Es mejor reconocer que no tienes experiencia (a todos nos ha pasado, nadie empezó sabiendo) a decir que sí la tienes y te pillen en un renuncio…