“Te tengo vigilado”
Posiblemente cuando te contrató ya se encargó de husmear todo tu rastro en Internet pero, si es un poco avispado, tu jefe nunca te va a decir nada acerca de ello. Si te cuenta que te vigila te incomoda, te sugestiona, restringes los perfiles y claro, le dejas sin nada que mirar…
“El salario promedio es tal”
Cuanto menos sepas de lo que cobran tus iguales, mejor. Realmente las empresas deberían ser responsables y pagar igualitariamente y acorde al sueldo medio, pero esto muchas veces no interesa, así que si no sabes cuál es no van a ir a contártelo precisamente.
“Te pago las horas extras”
Para muchos, esa horita que te quedas terminando un proyecto que se entrega mañana porque “no llegáis” es algo “voluntario”. Vamos, tú te quedas porque no vas a desacatar órdenes, pero ellos no tienen intención ninguna de pagarte más. Si no has acabado a tiempo es tu problema, aunque no sea tu culpa.
“Hay problemas (de verdad)”
Si las cosas van mal, un jefe normal debería decírtelo, pero un jefe listo, si no quiere espantar a sus empleados callará y aguantará las cosas con total normalidad hasta que la situación se insostenible. No es lo aconsejable, pero muchos lo prefieren. Sin embargo luego te llenan la cabeza de “problemas” absurdos y fácilmente solucionables.
“Te voy a despedir porque (insertar aquí causa real)”
Quizá es porque eres viejo, quizá es porque no te soporta, sea como sea, es complicado que un jefe te desvele cuál es la causa real de tu despido. La mayor parte de las veces optan por maquillar ka realidad para quedar bien y que no vayas echando pestes de el y su empresa.
“Somos amigos”
Como decíamos al principio de este artículo, un jefe es un jefe, y por muy bueno que sea contigo, no es tu amigo, es tu jefe. Existen excepciones, pero lo habitual es que la relación profesional no se convierta también en personal por mucha complicidad y buen rollo que haya. Al menos mientras estés en la empresa.