El primer paso es preparar y administrar el tiempo sabiamente, si es más fácil para ti programa las entrevistas en días distintos para así asimilar mejor cada empresa. No temas pedir un periodo de descanso en las charlas cuando te enfrentas a más de un entrevistador en un día, los procesos son arduos y pesados, aprovecha para beber agua y seguir un guión preestablecido.
Otro consejo es informarte de manera concienzuda sobre la empresa y sobre la persona que va a realizar al entrevista para conocer sus intereses y trabajos anteriores, para esto puedes servirte de LinkedIn. Con todo bajo control te sentirás menos estresado e inseguro ante la charla.
Prepárate salidas o muletillas antes preguntas sorpresa e inesperadas: te ayudarán a reaccionar ante tu respuesta. Estas pueden ser tales como: “Muy buena pregunta, yo también la haría si….” o “¿podemos volver a la cuestión en la que quiero dejar patente que..”.
Por último, para aplacar tu personalidad introvertida y sentirte a gusto durante los procesos de selección, prepárate -aunque suene artificial, para el entrevistador no lo será- una charla inicial para romper el hielo: halagos hacia la oficina, un evento de índole cultural próximo o el recurrido tiempo meteorológico.
Todo depende de la seguridad con la que abordes el momento “one to one”. No te sientas culpable si has de preparar con más ahínco el encuentro si tu personalidad tiende a reservarse o rebajar tus expresiones.
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