
Una pauta externa a nuestro trabajo que podemos cumplir es la de cambiar periódicamente la música que suena en la oficina, esto inspirará nuevas ideas y nos mantendrá más despiertos ante el sonido ambiente que puede adormecernos a primeras horas.
Por otro lado, los empleados podrían tener a mano siempre una libreta donde apuntar las ideas que aparecen por su cabeza. Parece algo ínfimo, pero a diario cavilamos más propuesta e ideas de las que pensamos, ¿por qué no llevarlas a cabo?
¿Recuerdas cuando en la escuela daban vía libre a la escritura o el dibujo en mitad de la jornada? Es una costumbre que nos hacía desconectar y fomentaba las ideas que florecen en nuestra cabeza, ¿por qué no retomarla? Un pequeño espacio diario para plasmar nuestras ideas mediante la escritura será un gran empuje creativo.
Toma tu bebida favorita en la oficina: esto te estimulará preferiblemente si se trata del café o del té entre horas. Asimismo, una pauta que no te vendrá nada mal es la de intentar llevar a cabo más tareas de forma análoga; dejando a un lado el ordenador. Hacer cartas manuales y salir a descubrir en la ciudad lo que el buscador de internet nos ofrece abrirá tu percepción y creatividad.
Por último, un consejo para reactivar el lado más artístico en la oficina es el de no menospreciar tu trabajo y no temer a romper las reglas impuestas. Innovar es algo que solo los genios se atreven. Eso sí, si haces algo termínalo, la creatividad también requiere tesón y ahínco.