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Bubba Gump, de la ficción a la realidad

Cuando Bubba, el amigo de Forrest Gump en el ejército, contaba sus planes de futuro con las gambas, no se podía imaginar, ni por asomo, hasta dónde llegaría su idea.

[ATENCIÓN: SPOILER] Lamentablemente, Benjamin Buford Blue (así se llamaba realmente Bubba en la película) moría en la guerra de Vietnam, por lo que no pudo ver crecer un imperio de gambas a la brasa, cocidas, al horno, al vapor, salteadas, en pincho, criollas, en guiso, fritas, rebozadas, sofritas, con piña, al limón, con mango, con pimientos, sopa de gambas, estofadas, en ensalada, con patatas, hamburguesa de gambas, sándwich de gamas… En resumen, y como diría este emprendedor del crustáceo: “las gambas son la fruta del mar”.

El propio Forrest Gump, después de llorar la muerte de su amigo y de hacerse famoso por el mundo sin querer, decide continuar el sueño de Bubba comprándose un barquito pesquero al que bautiza como Jenny.

Es ahí cuando empieza la odisea de un ser humano que cree en la amistad y en la lealtad, además de tener una fe inquebrantable. “¿Dónde coño está tu dios?”, le pregunta el teniente Dan a Forrest tras una mala pesca con resultados nefastos. Pero Dios, se supone, obra y envía una tormenta que hace cambiar las cosas. De repente, y por esta especie de gracia divina, las gambas llenan el Jenny y Forrest Gump funda Bubba Gump Shrimp Co., generando, a largo plazo, ventas millonarias debido a que la tormenta divina arrasó el puerto del pueblecito, quedando únicamente a flote la nave de Forrest y el teniente Dan.

Los beneficios obtenidos de Bubba Gump fueron destinados a la familia de Bubba y a obras de caridad. Por su parte, Forrest Gump pudo retirarse para vivir en paz cortando el césped. Era feliz por haber hecho realidad la pasión de su amigo.

Sin embargo, y a tenor de los símbolos históricos que se narran en la película, no existió tal compañía, aunque sí después. El éxito de del largometraje de Robert Zemeckis fue tal, que a dos hombres de negocios [Gail Taggart y Tim Busald] se les encendió la bombilla. ¿Por qué no crear un restaurante temático por para los fans?

Y dicho y hecho. En 1996, dos años después del estreno de Forrest Gump, se abrió el primer Bubba Gump. Fue en Monterrey, California, pero se inauguraron muchos más en Nueva York, Las Vegas, San Francisco, Baltimore, Charleston, Houston, Chicago, Daytona Beach… E incluso en países como Malasia, Inglaterra, Japón o México.

Paramount vendió los derechos del restaurante en 2010 al grupo Landry’s, Inc., que se encarga actualmente de explotar la cadena de restaurantes Bubba Gump Shrimp Co. por todo el planeta.

Sin quererlo, un detalle que podía haber pasado inadvertido en Forrest Gump pasó de la ficción a la realidad. Seguro que el bueno de Bubba lo agradecerá.