Aquí algunas de la razones para mentir:
Estás mal pagado. En muchas ocasiones el entrevistador se medirá de tu sueldo anterior para ofrecerte el actual, pero si solo has trabajado en una empresa es posible que éste sea bajo. Ofrecerle una cuantía con la que él se sienta cómodo y tú puedas avanzar es la solución.
Necesitas aumentar tus ingresos. Elevar la cifra inicial en una entrevista no está mal visto por los responsables de RR HH. De hecho, alguien tendría que fijar el listón alto para que más tarde pueda bajar.
Cuando asciendes en la empresa: avanzar en el negocio no es malo, lo negativo viene cuando incrementas tu rendimiento pero tus ganancias apenas lo notan. En ese punto deberás de pedir un aumento si te hablan de dinero o hablar de ello con tu superior.
Quieres una negociación de salario rápida: cuanto más alto sea el sueldo que afirmes haber cobrado, más rápida será la decisión del entrevistador para escogerte o no. Ir con medias tintas por el miedo de perder el puesto puede acabar haciéndote una persona mal pagada.
Cuando estás perdiendo vacaciones: si te mueves de empresa y ésta no te da las mismas posibilidades de descanso al año que la anterior, ascender tu nómina actual no es ningún delito.
Cuando guardas una muy buena relación con tus antiguos compañeros: cambiar de empresa para ascender en lo laboral es un acierto, pero cuando te iba tan bien en la anterior, aspirar a tener un colchón económico más elevando no es una locura. No sabes si vas a encajar o te va a gustar, exigir un salario elevado sería una solución para una temporada futura en el paro.
No eres bueno negociando: o no quieres perder el tiempo en ello. Dar un número fijo en la entrevista sobre qué quieres ganar hace mucho más fácil para la empresa tu elección. A veces no solo ellos eligen, tú tienes poder de decisión.
Tu nuevo trabajo requiere más horas: cuando cambias de puesto y te dedicas a lo mismo pero inviertes más horas, ¿crees que es justo? No debería, hablar de sueldo y cifras mientras puedes dar tu opinión sería necesario.
