Larry Page y Sergey Brin, los cofundadores de Google, siempre han sido aficionados al juego de palabras y, a lo largo de las décadas, han mostrado una particular inclinación por elegir nombres de empresas que, aunque suenen algo interesantes -e incluso divertidos-, tienen una razón de existir muy ingeniosa. Un ejemplo más reciente es «Alphabet«, creada en 2015. Consiste en la empresa matriz de Google, destinada a separar sus diferentes áreas de negocio, y cuyo nombre, según Page, combina una colección de letras que simbolizan el lenguaje -«el invento más relevante de la humanidad»- y la referencia a «alpha‑bet», un término relacionado con el rendimiento de inversión por encima del índice de referencia, algo que la compañía siempre busca.
Sin embargo, este no fue el primer juego de palabras de Page y Brin. En 1996, antes de que Google existiera, ambos ya estaban inventando nombres curiosos para motores de búsqueda. En ese momento, el motor de búsqueda que desarrollaron en Stanford fue denominado «BackRub». El nombre se debía a que el programa analizaba los «enlaces de retroceso» de la web para determinar la relevancia y relación de los sitios.
BackRub operó en los servidores de la Universidad de Stanford hasta que el sistema empezó a consumir demasiada capacidad de ancho de banda. En 1997, Page decidió que el nombre de BackRub ya no era adecuado para su tecnología de búsqueda. Junto con sus compañeros, comenzaron a idear nuevos nombres que reflejaran la enorme cantidad de datos que su motor de búsqueda podía indexar.
En una de las sesiones de lluvia de ideas, un estudiante de posgrado de Stanford, llamado Sean Anderson, sugirió el término «googolplex», que hace referencia a un número gigante (un 1 seguido de un googol de ceros). Page, sin embargo, prefirió el nombre más corto «googol», que es un 1 seguido de 100 ceros. Después de comprobar si el dominio «googol.com» estaba disponible, Anderson cometió un error al buscar «google.com». Al no estar tomado, Page decidió registrar el dominio para él y Brin el 15 de septiembre de 1997.
El nombre «Google» estaba listo, y a partir de ahí la empresa creció hasta convertirse en el gigante tecnológico que conocemos hoy. De «BackRub» a «Google», y más tarde a «Alphabet», los cofundadores de Google demostraron que el camino hacia el éxito puede estar lleno de ideas inesperadas y creativas. Ahora, la pregunta es: ¿qué nombre vendrá después?