Poner en marcha un negocio no es fácil. Eso es lo primero que debe entender cualquier aspirante a empresario. Las noticias están repletas de historias de éxito notables que dan la impresión de que el emprendimiento es un camino rápido y fácil hacia una jubilación temprana. Después de más de 40 años en el mundo de los negocios, mi observación es que rara vez, o nunca, ocurre eso. El éxito es ciertamente posible, pero como cualquier fundador le dirá, se necesita trabajar duro, a menudo durante años, antes de lograr un nivel significativo de éxito. Iniciar un negocio es sustancialmente más difícil que desempeñar un trabajo. Sin embargo, es posible hacer grandes cosas a través de la propiedad de una empresa. De mi experiencia se me ocurren cuatro lecciones importantes. No se trata de soluciones rápidas ni atajos, sino de prácticas probadas que pueden ayudarle a construir una base sólida para el éxito sostenible a largo plazo.
1. Diversificación: su motor de crecimiento y red de seguridad
La diversificación es una estrategia poderosa para acelerar el crecimiento de la empresa. Al desarrollar múltiples fuentes de ingresos, mejora la agilidad de su negocio y genera un flujo de efectivo adicional. Estos ingresos adicionales pueden impulsar la innovación y la exploración, impulsando una mayor expansión y oportunidades. Eso es lo que hicimos en Prolific en 2019. Ampliamos nuestra cartera para incluir empresas de comunicaciones, consultoría y capital, trabajando en conjunto. Fue un riesgo calculado, pero que dio resultados espectaculares.
Ampliar su cartera conlleva riesgos, pero también multiplica las oportunidades. Esto es esencial dado el rápido y cambiante panorama empresarial. Todos sabemos que los mercados son volátiles, pero la diversificación puede ayudarle a mitigar esa volatilidad. El verdadero riesgo es mantener el status quo. Pero aquí está el truco: nunca dejes que tu innovación supere tu capacidad. Las empresas prometedoras pueden derrumbarse bajo el peso de la ambición excesiva. Además, haz lo posible por crecer sin incurrir en apalancamiento. Piensa a largo plazo y sé paciente mientras construyes.
2. Mentalidad de abundancia: siempre hay más que suficiente
La mayoría de las empresas emergentes se consideran demasiado especializadas, lo que genera momentos difíciles cuando ciertos segmentos del mercado no logran captar la atención esperada. El mercado estadounidense, en particular, es grande y sólido. Las oportunidades tanto B2C como B2B son infinitas. Conozca realmente su mercado y comprométase a realizar actividades significativas y audaces en términos de interacción con ese mercado.
Consejo clave: salga de su lugar y póngase en el lugar del usuario. Sea empático con sus aspiraciones y desafíos. Luego, atiéndalos.
Operar con abundancia también promueve un pensamiento colaborativo en lugar de transaccional. Esto nos da la libertad de trabajar juntos, beneficiándonos de conjuntos de experiencias diversos y formas de pensar únicas que antes no se habían considerado. Este es un terreno fértil para innovaciones que pueden revolucionar industrias enteras porque hay más personas detrás de ellas.
3. El impacto como su estrella del norte: donde la pasión se encuentra con las ganancias
El impacto es el punto ideal donde se cruzan tu pasión, tus habilidades y una necesidad mundial. Esta alineación cumple dos propósitos cruciales.
En primer lugar, fomenta el entusiasmo a largo plazo por el trabajo, algo esencial para la maratón del emprendimiento. Esto servirá como escudo contra la desalineación ante los desafíos inevitables.
En segundo lugar, genera resultados netos. En el mercado socialmente consciente de hoy, las empresas impulsadas por el impacto suelen tener un mejor desempeño, ya que sobreviven a la competencia y generan una lealtad inquebrantable a la marca. Este enfoque de «doble resultado final» no consiste en sacrificar las ganancias por un propósito, sino en aprovechar el propósito para generar un crecimiento sin precedentes.
4. Cultura: la arquitectura invisible del impacto
La «cultura» es quizás el concepto más discutido y menos comprendido en el mundo empresarial actual. Todo el mundo sabe que es importante, pero pocos cultivan una cultura que sea a la vez convincente y genuina. No nos equivoquemos: debe ser ambas cosas.
La cultura empresarial auténtica es la arquitectura invisible que sustenta todo lo que hacemos. Cuando finalmente logramos hacerlo bien, se convirtió en nuestra mayor ventaja competitiva, una que no podía ser replicada.
Rápidamente comenzamos a ver los beneficios. Vimos que las tasas de retención aumentaron y los costos de contratación se desplomaron. A medida que nuestra alineación interna aumentó, vimos una ventaja en los empleados con más años de servicio que ayudaron a preservar el conocimiento institucional, combinado con compañeros de equipo nuevos e innovadores. Nuestros empleados también se involucraron más profundamente en la empresa, creando un entorno donde los desafíos se convierten en oportunidades.
Avanzando
Estas lecciones son la base para construir una organización que valga la pena. A medida que recorra su propio camino empresarial, recuerde que las ideas más valiosas suelen surgir de los desafíos que enfrenta en el camino. Acepte la adversidad. Prueba esto: al final de cada semana, escribe una lección que hayas aprendido de un logro o un revés. En un año, tendrás 52 ideas invaluables adaptadas a tu experiencia única.
Tienes una vida para vivir. ¿Cuál será tu historia? ¿Qué sigue?