Después de una larga espera se confirmó lo que era un secreto a voces: Fernando Alonso regresa a McLaren. El asturiano busca su ‘ultima oportunidad’ de volver a ser campeón y sumar un tercer título. Sería un logro simbólico, igualando a su ídolo Ayrton Senna… y también con un McLaren-Honda. “Ayrton siempre ha sido una inspiración para mí y ganar tres campeonatos sería la realización de mi sueño” comenta un Alonso cuyo primer kart estaba pintado con los colores del McLaren del brasileño. Pero no es un regreso fácil. Primero, por la experiencia vivida en la anterior etapa (2007), que acabó con su salida por la puerta de atrás tras numerosas polémicas con Lewis Hamilton, luchas internas, enfrentamientos con Ron Dennis y el famoso “spygate”. En segundo lugar, por dejar atrás Ferrari, donde vivió grandes sinsabores deportivos, pero cuya gente –hasta la salida de Luca Cordero di Montezemolo, ex presiente de Ferrari– filosofía y espíritu llevaba en el corazón. Y también porque el rendimiento deportivo de McLaren-Honda sigue siendo una incógnita por el momento. Eso sí, McLaren y Honda han puesto toda la carne en el asador para regresar a lo más alto. En Woking han fichado a muchos técnicos, destacando Peter Promodou, aerodinamista jefe de Red Bull.
Además, viven una profunda reestructuración interna que culminará con la salida del equipo de Sam Michael, director deportivo y relevo del también defenestrado Martin Whitmarsh. Este último perdió un pulso de poder con Ron Dennis, que ha vuelto a ser el hombre fuerte de la escudería tras su retirada a un segundo plano en 2009. Dennis sigue teniendo el 25% de las acciones del equipo. El resto del accionariado se reparte entre el fondo de inversión Mumtalakat, de la familia real de Bahréin en un 50% y el 25% restante entre Mansoure Ojjeh y su empresa TAG Group. Alonso llevará a su ingeniero de pista en Ferrari, Andrea Stella. Y Honda ha puesto el Centro de Desarrollo de Tochigi al servicio de la F1.
Allí tiene a más de 200 ingenieros y numeroso personal (el doble que Ferrari o Renault), trabajando en un motor que ha arrojado datos esperanzadores en sus primeras pruebas. Y hay un factor clave, como dijo el propio Toto Wolff (director del equipo Mercedes): “Estoy convencido que McLaren intercambia con Honda lo que aprende de nuestro motor Mercedes”. La llegada de Honda ha supuesto una inyección económica a un equipo que ha sabido salvar una complicada temporada 2014, en la que no pudo reemplazar la pérdida de su patrocinador principal, Vodafone, que aportaba 75 millones de dólares por temporada; y también a Hugo Boss, que llevaba décadas con ellos. Además, los malos resultados de 2013 les hicieron ingresar ‘solo’ 55 millones del pastel por derechos y clasificación, cuando Red Bull se llevó 120 millones. Aunque las cifras no son oficiales, el presupuesto anual del equipo McLaren de F1 es de 230 millones de euros y tiene 630 empleados. Según Auto Motor und Sport, Honda aportará 50 millones de euros al equipo y pagará el 50% de los salarios de los pilotos, además de aportar los motores gratis. Un nuevo impulso
En la otra acera está, Ferrari, que vive en un estado de convulsión, empezando por la propia dirección, de la que salió el mito Montezemolo. Sergio Marcchione, hombre fuerte del Grupo Fiat, ha tomado las riendas. Pero sus primeras decisiones no han sido muy acertadas. Stefano Domenicali dejó paso en la dirección deportiva a un tecnócrata que llegaba para poner orden, Marco Mattiacci, quien apenas ha durado medio año y con el que se enfrentó Alonso. Su relevo, Maurizio Arrivabene, sí es un hombre de Fórmula 1. Una de sus misiones será luchar en los despachos por los intereses de la Escuderia ante la FIA (Federación Internacional del Automóvil) y la FOM (Formula One Management). Ferrari sigue sabiendo atraer a los mejores pilotos, pero antes de poder darle a Sebastian Vettel un coche competitivo tendrá que acabar de reorganizar un departamento técnico en el que Pat Fry y James Allison se disputaban el mando.
Esta podría ser la última ‘embestida’ de Alonso por el mundial. Y, posiblemente, también su último gran contrato. Aunque las cifras no son oficiales, en el paddock se habla de 30 millones de euros por temporada, una cifra ligeramente superior a la que cobraba en Ferrari y que le coloca como el 21º deportista mejor pagado del mundo en 2014. Luego, se centrará en sus otros sueños, como el equipo de ciclismo profesional que ya tiene muy avanzado, correr en las 24 Horas de Le Mans o abrir una fundación y una pista de karting en Asturias.
Fernando Carrión de Sportyou.es