1. Arrogantes y egocéntricas
Para que un equipo de trabajo funcione tiene que contar entre sus integrantes con personas que no se crean más que los demás ni “el ombligo del mundo”. Las personas egocéntricas son capaces de perjudicar al grupo y con ello a la empresa, con tal de que sus ideas o modos de hacer se lleven a cabo.
2. Irascibles
Siempre habrá tropiezos, problemas o imprevistos en cualquier proyecto que se lleve a cabo, pero es necesario que el grupo se mantenga unido. Hay veces que el error o la metedura de pata serán de alguien en concreto, y por eso es vital para el grupo no contar con una persona excesivamente irascible que se tome las cosas a la tremenda cuando sea necesario que se le dé un toque de atención. Lo mejor es contar con personas que aprendan de sus errores y que les sirvan para mejorar.
3. Pesimistas
Al igual que en el punto anterior cuando surjan ciertos problemas, el grupo ha de permanecer “arriba”, es decir, con el ánimo intacto y con positividad. Es necesaria esta actitud para que las cosas salgan adelante correctamente. Si el grupo cuenta con una o más personas de carácter pesimista, puede contagiarse y romperse.
4. Vagas o desmotivadas
¿Qué decir de esto? Son no sólo necesarias, si no imprescindibles las ganas de trabajar, la actitud sobre la aptitud. Las personas que “escurren el bulto” sobre sus compañeros o que dejan todo para mañana…¡fuera cuanto antes!