Hoy os voy a hablar de los “calientasillas”, esas personas que van al trabajo, pero no trabajan, o si no hacen, más bien poco. Pasan horas interminables en la oficina, solo para aparentar, pero normalmente son otros los que están haciendo el trabajo.

Claro que una persona que pasa muchas horas en la oficina puede trabajar bien, pero normalmente las personas más productivas suelen tener un equilibrio entre la vida y el trabajo. Por eso, cuando terminan sus tareas suelen encargarse de realizar otras actividades fuera de la oficina.

Muchos jefes no se preocupan de supervisar las tareas de sus empleados, entonces solo se quedan con las personas que están “aparentemente trabajando”. Así llamamos a los famosos “calientasillas”, los que si miras su ordenador tienen abiertas todas las redes sociales, páginas fuera del interés laboral o están colgados del teléfono con conversaciones personales.

Los “calientasillas” son lo menos productivo de una oficina, ya que están ocupando el espacio de otra persona que sí podría estar pendiente de su trabajo. El problema es que además este tipo de personas se las ingenian para aparentar que sí están trabajando. Incluso muchas veces dañan la imagen de los empleados productivos que cuando terminan su trabajo se marchan de la oficina.