El viernes, los líderes de Meta anunciaron que lanzarían una división completamente nueva dedicada a su última iniciativa: desarrollar robots humanoides impulsados por IA. Según se informa, la división estará bajo la unidad Reality Labs existente, que ha logrado un rápido éxito en múltiples disciplinas, que van desde la tecnología avanzada de dispositivos portátiles y nano hardware hasta el desarrollo de un ecosistema completo dedicado a la realidad virtual y aumentada. De hecho, Reality Labs comenzó inicialmente como un espacio de pruebas para las apuestas más ambiciosas que la empresa planeaba emprender. Con el tiempo, bajo el liderazgo del CEO y fundador de Meta, Mark Zuckerberg, muchas de estas apuestas han pasado de ser emprendimientos arriesgados a éxitos ampliamente adoptados.
Ahora, la empresa se ha comprometido a desarrollar tecnología de robots humanoides que funcionarán con inteligencia artificial. Andrew Bosworth, director de tecnología de Meta, explicó que la innovación se centrará principalmente en «robots humanoides de consumo con el objetivo de maximizar las capacidades de la plataforma Llama… «Creemos que ampliar nuestra cartera para invertir en este campo solo aportará valor a Meta AI y a nuestro programa de realidad aumentada y mixta».
Llama se refiere al gran modelo de lenguaje de código abierto de Meta, que según la compañía se ha convertido en uno de los modelos más adoptados en todo el mundo, con casi 650 millones de descargas y casi 600 usuarios activos mensuales a través de su plataforma Meta AI.
De hecho, la empresa ha logrado un progreso increíble en los últimos años. Uno de los logros más notables es su producto de gafas con IA, que consiste en unas gafas que se pueden llevar puestas todo el día y que también se integran perfectamente con Meta AI y ofrecen a los usuarios la posibilidad de capturar fotos y vídeos, transmitir en directo, escuchar y llamar. Esto es independiente del proyecto Orion de Meta, aún más sofisticado, que se centra en unas auténticas gafas de realidad aumentada. A medida que la empresa ha invertido miles de millones para hacer de las gafas un nuevo medio de comunicación avanzada y para que los usuarios aprovechen lo mejor de la IA, ha abierto un mundo de hardware completamente nuevo. Como se explica, «Orion es una proeza de miniaturización: los componentes están compactados hasta una fracción de milímetro. Se necesitaron decenas de innovaciones para conseguir que el diseño tuviera una forma contemporánea que [los usuarios] pudieran llevar cómodamente todos los días».
Toda esta innovación ha proporcionado a la empresa una base inigualable para construir y lanzar un robot humanoide significativo, especialmente con los importantes avances que ha logrado con sensores “siempre activos”, pilas de hardware sustancialmente más ágiles y modelos de base de código abierto.
En cuanto a la atención sanitaria, existe un gran potencial de impacto positivo. Las tareas físicas rutinarias siguen siendo una piedra angular importante de la industria sanitaria actual. Desde las tareas rutinarias de enfermería hasta los pacientes que luchan con las tareas diarias del hogar, hay mucho que un robot humanoide puede hacer para aliviar las cargas. Por ejemplo, para los pacientes de edad avanzada que no pueden levantar algo pesado o tal vez necesitan ayuda cuando están solos, un robot humanoide puede ser de gran valor. En un entorno clínico, los robots pueden ser capaces de cubrir importantes lagunas laborales, especialmente en tareas que se pueden repetir fácilmente. En general, esta tecnología puede llegar a ser un día tan omnipresente como lo han sido los teléfonos en el campo médico; muchas aplicaciones de teléfonos son ahora las principales fuentes de información que se puede buscar, que hace apenas 20 años solo se podían obtener a través de libros y búsquedas en bases de datos.
De hecho, los robots en el ámbito clínico no son un fenómeno nuevo. El robot Moxi de Diligent Robotics, con sede en Austin, por ejemplo, se integra en los flujos de trabajo clínicos y ayuda a transportar suministros de laboratorio, adquirir y distribuir equipos de protección personal y muchas otras tareas.
La tecnología avanzada de Meta también puede hacer que los casos de uso de la robótica pasen de ser puramente clínicos a estar en manos de los pacientes, literalmente. Su inmenso trabajo en el campo del seguimiento de manos y dedos y la propiocepción le han dado un gran paso adelante. Por ejemplo, el Meta Digit 360, que es un “sensor táctil artificial con forma de dedo que proporciona datos táctiles ricos y detallados al digitalizar el tacto con precisión humana”, es uno de los avances más innovadores de la empresa y tal vez pueda permitir nuevas formas de monitoreo remoto de pacientes o movilidad táctil para los pacientes del futuro.
Sin duda, Meta no está sola en esta búsqueda por lanzar un robot humanoide exitoso, ni será la única que logre un impacto significativo con esta tecnología, especialmente en el campo de la salud. Una alternativa que se cita con frecuencia es el robot Optimus de Tesla, que Elon Musk ha prometido que aumentará significativamente la vida humana diaria al brindar apoyo para tareas rutinarias y difíciles. Nvidia también ha asumido compromisos importantes con el mundo de la robótica, especialmente dada su amplia utilización y reconocimiento en la industria de sus pilas de hardware. Empresas más pequeñas como Figure AI también han logrado avances increíbles en este campo; de hecho, la compañía acaba de anunciar que está en conversaciones para recaudar casi 1.500 millones de dólares en capital nuevo, lo que subraya la demanda de este sector.
Sin duda, independientemente de los muchos ganadores, esta intensa competencia se traducirá inevitablemente en importantes beneficios para la atención sanitaria en la próxima década.