El excesivo
El ahorrador que vive por y para guardar. No viene reñido con ningún tipo de clase social, ya que en muchas ocasiones no necesita ahorrar. La persona que al fin y al cabo, no disfrutará del dinero. Este tipo de ahorrador suele venir asociado con la personalidad del individuo, siendo difícil poder cambiarlo.

El ahorrador del 31
Es el ahorrador despreocupado. El que hace su balance el día 31 de cada mes y consigue –o no, según hayan ido esos 30 días- almacenar una cantidad de dinero que podría venir bien para futuros gastos, los cuales aún no le preocupan. No conseguirá almacenar grandes propósitos económicos de este modo.

El rompe huchas
El eterno culpable, el que vive en un constante 1 de enero con un propósito que jamás cumplirá. No viene asociado con un rango de edad joven como puede pensarse. Este ahorrador se propondrá una meta que rápidamente se saltará “rompiendo la hucha” del cerdito. Suelen ser personas atrevidas e impulsivas.

El planificado
Es el tipo de ahorrador impecable. Sabe lo que puede almacenar a fin de mes y lo que no. Planea con tiempo cuánto y cuándo piensa ahorrar, y siempre tiene una meta fija que abandonará cuando haya conseguido el dinero ahorrado para ella. No se agobia y se resigna al hecho de que lo que mucho se desea, esfuerzo cuesta.