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¿Quieres aumentar tu productividad? Dale un respiro a tu cerebro

Hoy en día, gran parte de la fuerza laboral ya no se mide por la cantidad de casillas que marcamos, sino por la complejidad y la creatividad de lo que producimos.

Hubo un tiempo en que la productividad era fácil de medir: cuantas más tareas completabas, más productivo eras. Ya fuera ensamblando aparatos en una línea de producción, cosechando hileras de cultivos o procesando pilas de papeleo, el parámetro del éxito era el volumen total. Más aparatos, más fanegas, más formularios sellados y archivados. Pero el mundo ha cambiado.

Hoy en día, gran parte de la fuerza laboral ya no se mide por la cantidad de casillas que marcamos, sino por la complejidad y la creatividad de lo que producimos. En la codificación, por ejemplo, lo que importa no es la cantidad de líneas escritas, sino la funcionalidad y la escalabilidad de la solución. De manera similar, un plan de negocios estratégico o una campaña de marketing innovadora pueden llevar semanas o meses de elaboración, y el resultado no es menos impactante por el tiempo que lleva. Nuestra productividad ahora no se mide en tareas por hora, sino en la calidad de las ideas que generamos y el valor que aportamos. Este cambio del trabajo basado en tareas al trabajo basado en el pensamiento es emocionante, pero tiene una salvedad: nuestra productividad depende de la salud de nuestro cerebro. En mi trabajo en el ámbito del desarrollo de liderazgo y el rendimiento en equipo, hacemos que los grupos reflexionen sobre el papel esencial que desempeña la salud cerebral en la resolución de problemas complejos y la generación de ideas impactantes. Por eso creo que el mayor activo del trabajador moderno es su capacidad de pensar con claridad, concentrarse profundamente y crear con audacia.

La ciencia de los pensamientos en la ducha

¿Cuándo fue la última vez que tuviste una idea genial mientras revisabas los cientos de correos electrónicos que se acumulaban en tu bandeja de entrada? Lo más probable es que nunca. Ahora, piensa en la frecuencia con la que esos momentos de «¡Ajá!» aparecen en la ducha o en una caminata larga. No es una coincidencia.

Cuando nuestra mente está en reposo, lejos de los estímulos constantes de las pantallas y los plazos, nuestro cerebro pasa a lo que los neurocientíficos llaman red neuronal por defecto (RND). La RND es un estado mental que se activa cuando no estamos ocupados con una tarea específica, lo que permite que nuestro cerebro divague, conecte ideas y genere avances creativos. ¿Qué significa esto para nuestra forma de trabajar? Si queremos producir ideas de calidad y conocimientos profundos, debemos hacer de la salud cognitiva una prioridad, no una ocurrencia de último momento.

El futuro de la productividad no pertenece a quienes realizan tareas interminables o permanecen pegados a sus pantallas. Pertenece a quienes invierten en la salud de su cerebro, adoptan el pensamiento profundo y se dan el tiempo y el espacio para innovar.

Cómo incorporar hábitos más saludables a tu jornada laboral

Mantenerse mentalmente alerta requiere dedicación y no siempre es fácil en este mundo acelerado y plagado de pantallas. Sin embargo, los hábitos pequeños y constantes pueden marcar una gran diferencia en la forma en que pensamos, creamos y nos conectamos.

A continuación se ofrecen seis consejos a tener en cuenta:

Desenchufar para recargar

Todos estamos pegados a las pantallas: correos electrónicos, hojas de cálculo, desplazamientos interminables. Es difícil alejarse, pero darle un respiro a nuestro cerebro, aunque sea por unos minutos, puede marcar una gran diferencia.

Sal a caminar

Encontrar tiempo para caminar puede parecer un lujo, pero incluso un paseo corto o una reunión caminando pueden ayudar a superar los bloqueos mentales y generar nuevas ideas.

Beba con inteligencia y manténgase alerta

Saltarse la última copa no siempre es la opción más fácil, especialmente después de un largo día. Pero, según mi experiencia, sustituirla por un cóctel sin alcohol o agua con gas puede ayudarte a mantenerte despierto.

Alimenta tu mente

Todos tenemos esos momentos en los que comemos algo rápido y listo, pero nuestro cerebro se desarrolla mejor cuando elegimos alimentos repletos de antioxidantes, omega 3 y grasas saludables . Opte por tentempiés más inteligentes para estimular su concentración.

Muévelo

El ejercicio regular hace maravillas para nuestro cerebro, ya  que aumenta el flujo sanguíneo y  mejora la concentración. Ya sea una clase de baile, trotar o simplemente una caminata rápida, encuentre lo que lo motive a moverse y conviértalo en un hábito.

Sueña en grande

Es tentador sacrificar el sueño por la productividad, pero cuando priorizamos el descanso, nuestro cerebro nos lo devuelve con más energía e ideas más nítidas . Las mejores ideas no nacen del trabajo duro, sino de un cerebro al que se le ha dado la libertad de prosperar. Tu próxima gran idea te está esperando en ese momento de tranquilidad que te creas en este mundo ajetreado.



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