1. Qué puntos quieres mejorar de tu vida laboral
Haz una lista esquemática con los puntos a tratar en la reunión que tengas con tu jefe para intentar por todos los medios no “irte por las ramas” (o que lo haga él). Obviamente no debes llevarla encima cuando te encuentres con él, pero si tenerla clara en tu mente. Quizás piensas que sólo hay una cosa (probablemente la más grave) que afecta a tu incierto futuro laboral. Pero pensando y con un papel delante es normal que te des cuenta que hay otras que también importan y que incluso son parte o desencadenante de aquello que más te preocupa.
2. Qué es exactamente lo que quieres conseguir
Tienes que tener clarísimo el objetivo final de tu reunión, eso que quieres sacar como beneficio para encontrar algo más de sentido a tu futuro laboral: que te encarguen más proyectos de relevancia para la empresa, que te suban (por fin) el sueldo, que te asciendan… tienes que dejarlo claro pero sin decirlo de una manera brusca.
3. En qué tono quieres enfocar la charla
Y relacionado con el punto anterior, debes pensar bien en qué actitud quieres presentarte ante tu jefe o responsable: en tono distendido y amigable, darle a la reunión un carácter serio, e incluso si quieres que esa charla sea sencillamente un ultimátum. Por supuesto y le des el tono que le des, jamás y bajo ningún concepto pierdas las formas, es decir, levantes el tono, tengas un lenguaje corporal agresivo o insultes.
4. Piensa qué harás si tu jefe te da una negativa por respuesta
Puede pasar, así que tenlo dentro de tus opciones. ¿Qué harías si te dijese que no es posible satisfacer tu petición? ¿Dejar el trabajo, conformarte…? Es importantísimo que lleves esa duda resuelta antes de la reunión.