1. Aprende (y practica) técnicas de relajación a diario
Hay unas técnicas de relajación buenísimas para mantener la calma en los momentos de mayor estrés: formas de respirar, de estirarse, de sentarse… infórmate porque si las practicas unos 15 minutos diarios podrás comprobar cómo el estrés se reduce de forma considerable.
2. La importancia de hacer ejercicio
El deporte es buenísimo para todas aquellas personas que sufren de ansiedad, estrés o nerviosismo. Si comienzas poco a poco con ejercicios moderados alrededor de media hora al día, notarás la diferencia. Al principio siempre es complicado, pero si perseveras, te sentirás mucho más relajado a la hora de ir a trabajar. Por eso sería bueno que lo practicases justo antes de acudir a tu puesto de trabajo.
3. No te tomes las cosas como algo personal cuando estés dentro de la empresa
Las cosas que pasan en la empresa, normalmente son simplemente eso, cosas de trabajo y nada más. Intenta no tomarte como algo personal los desencuentros que tengas con tus empleados y dales la importancia justa. No te lleves disgustos innecesarios.
4. Lávate la cara con agua bien fría y olvídate del café
El simple gesto de lavarte la cara, disparará tu reflejo primitivo de buceo y te ayudará a disminuir tu frecuencia cardíaca de un 10% a un 25%. Además intenta dejar apartado el café lo máximo posible. Cámbialo por agua, por algún refresco sin cafeína, zumos… O una buena manzana, que “despierta” incluso más que un café.
5. Rodéate de las personas (y del ambiente) adecuados
Esto no es algo que podamos decidir siempre, pero si hay personas que intoxican tu empresa o tu ambiente laboral, personas que producen malestar en ti y en el resto de tus empleados… intenta prescindir de ellas. Es necesario para el buen funcionamiento de tu empresa. Es complicado, pero vital para todos.