Hacerles ver que estás disponible para cualquier duda o problema que tengan. Ten el teléfono operativo, contesta a sus emails… de ésta forma verán que pueden contactar contigo en cualquier momento.
Además mantén tu posición de liderazgo y haz ver que las cosas importantes han de pasar por tus manos sí o sí. Es buenísimo que los trabajadores sean autónomos, emprendedores, creativos… pero hasta cierto punto porque pueden tomar decisiones que no les corresponden por su importancia o relevancia para la compañía y metan la pata al hacerlo. Lo mejor es definir de la forma más clara posible qué deben consultarte y qué no.
Sé agradable, atento y cercano, porque cuanto más lo seas, más confianza tendrán las personas que trabajan contigo para consultarte todo aquello que les preocupe. La mayoría de los empleados prefieren ocultar sus dudas o preocupaciones ante un jefe distante o antipático.
Organiza al menos una reunión semanal con todos tus trabajadores (o al menos los responsables de cada área). Esto te permitirá estar al día de todo lo que tienen entre manos tu empresa, además de ser una buena forma de charlar para unir vínculos con las personas con las que trabajas codo con codo cada día.
También puedes tener cierta iniciativa en estas reuniones y variar de la típica sala específicamente diseñada para ello. Sorprende a tus trabajadores.