Y ante todo recuerda no siempre gana el mejor preparado, sino el que tiene la mejor recomendación o el que se adaptará mejor en la empresa, causando menos problemas.

1. El entrevistador está bien preparado.
Es probable que este agobiado haciendo entrevistas debido a que tiene que encontrar alguien. Por lo que muchas veces sólo ha dado un vistazo a tu currículum, sin tener tiempo a pensar en tus cualidades.

2. El entrevistador hace buenas preguntas.
En la mayoría de ocasiones las improvisan y son preguntas muy generales del estilo; háblame de ti.

3. Quieren que aceptes algo de beber.
Si te lo ofrecen, no lo aceptes porque será una complicación para ellos, es un puro formalismo para ser atento y educado, realmente no quieren prepararte un café.

4. Quieren material adicional como referencia.
Mentira, a menos que seas diseñador o escritor.

5. No hay respuestas correctas a las preguntas.
Cuando te hacen una pregunta difícil, están más interesados en saber cómo reaccionas bajo presión que en lo que realmente dices.

6. Ser breve en las respuestas.
El entrevistador no quiere tener que tirar de ti para que le contestes. Dale toda la información que necesite y será feliz.

7. Valoran los conocimientos sobre el físico.
Muchos se dejan llevar por el físico de las personas. Existen una gran cantidad de estudios que demuestran la importancia de la apariencia.

8. Cuando te pregunta dónde te ves en unos años, demuestra ambición.
Lo que ellos buscan es alguien que quiera pertenecer a esa empresa, es decir, alguien que quiera permanecer de forma indefinida en su puesto de trabajo.

9. Cuando vas a una entrevista es porque buscan alguien.
Muchos departamentos de recursos humanos siguen haciendo entrevistas aunque el puesto haya sido ocupado.

10. Los mejores consiguen el trabajo.
Muchas veces optan por alguien bien recomendado o por alguien menos cualificado pero más amigable.