1. Lo peor: las faltas de ortografía
Es algo que te descartará directamente. Aunque parezca mentira las personas que repasan una y otra vez su currículum son más propensas a cometer este tipo de errores. ¿Por qué? Al intentar cambiar tantas veces algo, puede que dejes sin darte cuenta artículos, partes de frases o palabras de las que ni siquiera eres consciente. Desde Google recomiendan leer tu CV varias veces o pasárselo a alguien de confianza para que te diga si tienes algo mal.
2. Cuanto más sencillo, mejor
Cuanto más sencillo, legible y ordenado, mejor. Bock apuesta por la fórmula tradicional: negro sobre blanco, bien organizado y con tu información de contacto en cada página. Además, recomienda adjuntarlo a los emails en formato PDF para evitar incompatibilidades y facilitar su vista previa.
3. Nada de mentiras ni filtrar información confidencial
Si mientes acerca de tu manejo de algún programa o sobre tu nivel de idiomas, ten claro que te pillarán. Quizás no sea en la entrevista, pero si te incorporas al puesto lo pasarás realmente mal. Además si en otro trabajo firmaste una cláusula de confidencialidad no la desveles bajo ningún concepto. “Hay que distinguir entre las necesidades de las compañías y tu necesidad de demostrar lo asombroso que eres por haber trabajado para una firma de prestigio”, dice Bock.
4. Brevedad ante todo
Por supuesto la capacidad de síntesis es algo esencial. Si tu currículum cabe en una hoja, siempre será mejor que en dos. Bock aboga por “una hoja por cada diez años de experiencia profesional”. El CV sirve para llamar la atención y si muestras información irrelevante o excesiva, sólo lograrás distraerla.
5. Jamás debe faltar…
Junto a los puestos de trabajo anteriores que hemos desempeñado también debe ir una pequeña descripción de las funciones, qué sabemos hacer, en qué áreas nos hemos desenvuelto… incluso datos sobre tus logros o cómo has conseguido alcanzar distintas metas.