“Para invertir en arte hay que ser rico”. Así lo afirma a Forbes Carmen Reviriego, presidente de Callia Art y Fundación Callia. Pero no todos los grandes patrimonios invierten en arte, puntualiza Jacobo Zarco, director de servicios élite y planificación de atl Capital. “Es sobre todo un tema de sensibilidad. A quien le gusta y entiende, sí. Invertir a ciegas sin ser especialista o conocedor, simplemente por el hecho de obtener una rentabilidad, no. Hay familias que han podido recibir un cierto patrimonio artístico y tienen más sensibilidad a esta clase de activo”.
0Pero no es algo generalizado sino más puntual”, explica Zarco. Reviriego reconoce que “el arte es una pasión” y asegura que “el buen coleccionista elige con el ojo, con el corazón y con la cartera”. Desde su experiencia como asesora independiente de arte y también como asesora de grandes patrimonios en compañías multinacionales, Reviriego defiende que el inversor rico que diversifica normalmente tiene un presupuesto anual para dedicar al arte. Lo cifra en torno al 5% del total. La diversificación de las inversiones es uno de los motores básicos para adentrarse a la búsqueda de piezas interesantes y valiosas en este complejo mercado. Dejar un legado es otro. “No todo el arte es inversión. El 80% de los artistas que están en el mercado no lo van a conseguir. La primera motivación para invertir en arte no es la inversión; es emocional. Cuando hablamos de inversión se trata ya de artistas que están en el circuito. Y además estamos hablando de una cierta cantidad. El arte es una buena inversión cuando hay detrás un especialista. No más de 300 galerías en el mundo llevan a los artistas más importantes. Dentro de esto hay que seleccionar a los que van a funcionar. Porque el inversor en arte es conservador, no toma riesgos”, detalla Reviriego. Un coleccionista mira la inversión cuando compra a partir de 150.000 euros, sostienen los expertos. Los precios de los artistas consagrados pueden escalar hasta cifras de vértigo, solo al alcance de ultra millonarios o instituciones.
Cuando está bien orientada, la inversión en arte no solo es rentable sino también defensiva por su baja correlación con los mercados financieros. Durante la crisis financiera, el arte se comportó como un activo refugio frente a otros como la renta variable. Mientras que entre enero de 2017 y marzo de 2012 el índice MSCI World perdió un 14% de su valor, el índice global de arte Art 100 Index se revalorizó un 81%.