No cabe duda de que el futuro –o más bien el presente– es digital; pero también es sostenible. Y por eso son muchas las marcas responsables que se afanan en lograr las tecnologías más eficientes.
En el ámbito de la automoción, el fabricante alemán es un buen ejemplo de ello. Y así ha quedado reflejado en la última edición de los premios al Motor Internacional del Año, donde ha triunfado su flamante BMW i8, nombrado como deportivo del futuro.
La última versión de este modelo combina a la perfección la faceta deportiva con la sostenible, la de ahorro de energía de combustible en un modelo compacto. Es un tres cilindros de combustión que aporta 170 kWh/231CV a las ruedas traseras. El motor eléctrico, cuya salida se ha aumentado a 105 kWh/143CV expresando su energía en una batería de litio –la cual puede ser cargada en un enchufe doméstico–, consigue toda la potencia desde el eje delantero. Este cuenta con un sistema de carga híbrida enchufable específico, desarrollado y producido por BMW Group.
La aceleración de 0-100 km/h la consigue en tan solo 4,4 segundos, con un consumo combinado de combustible de 1,9 litros por 100 km, más 14.5kWh de energía eléctrica; lo que supone unas emisiones de CO2 de 42 gramos por kilómetro.
Referente para toda la gama
Estas proezas técnicas no se quedan solo en el BMW i8, ya que este es pionero en cuanto a la tecnología desarrollada en la gama híbrida enchufable de la compañía. Desde su nacimiento en 2013, un gran número de modelos se han beneficiado de estos avances, lo que permite a BMW Group ofrecer una gama más amplia de vehículos electrificados que cualquier otro fabricante de automóviles. Y dicha familia sostenible crecerá hasta un total de diez modelos a finales de 2019, situando al fabricante alemán a la cabeza del progreso en su sector.