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Repsol traslada a Portugal su primer proyecto de inversión ‘verde’

Foto: Getty

El grupo petrolero lleva un plan de hidrógeno a Sines y deja cada vez más en el aire miles de millones de inversiones tras el anuncio del Ejecutivo sobre el gravamen energético

Repsol materializará su inversión en un electrolizador de 4 megavatios (MW) en Sines (Portugal), según ha confirmado EFE hace unos minutos. Mientras que en España siguen en ‘stand by’ proyectos con una capacidad de electrólisis de 350 MW en un contexto marcado por el debate sobre el impuesto a las energéticas -que el Gobierno pretende hacer permanente– la petrolera ejecutará un plan de hidrogeno en el país vecino.

Actualmente, hay tres proyectos de electrolizadores en suelo español que se encuentran pendientes de que Repsol adopte una decisión final de inversión; por un lado el de Tarragona (con 150 MW), Cartagena (100 MW) y Bilbao (100 MW).

Históricamente, la multinacional española se ha mostrado sido crítica con el gravamen del 1,2% sobre la actividad no regulada de las grandes energéticas en nuestro país, aunque la más reciente crítica ha sido en la última junta general de accionistas celebrada el pasado mes de junio. Entonces, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, aseguró que esta prestación patrimonial, «castiga» a las empresas que invierten en activos industriales, generan empleos «de calidad» y garantizan la independencia energética del país.

Así, y con ocasión de la presentación de los resultados semestrales, Imaz dijo percibir una «nueva realidad», y se mostró confiado en que este impuesto -como se le conoce coloquialmente- formaría pronto parte del pasado, y según recogió EFE.

La noticia de la inversión en Portugal, que se ha dado a conocer este lunes, ha trascendido casi una semana después de que el Ejecutivo enviara a la Comisión Europea su plan fiscal estructural. Este último incluye, entre otras cosas, el mantenimiento «de manera permanente» de los gravámenes extraordinarios sobre las compañías energéticas y la banca.

Por su parte, Bruselas ya había dejado «muy claro» que «no había razón para este tipo de gravámenes, y que la prioridad pasaba por la seguridad de suministro y las inversiones», tal y como comentó el consejero delegado en sus últimas declaraciones.