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Las personas en el corazón

En una España en la que los obreros reclamaban condiciones saludables en el ámbito laboral, salarios justos, reducción de las horas de trabajo y protección ante accidentes y enfermedades, un joven abogado un joven abogado se avanzó a su tiempo buscando una solución a sus problemas y convirtiéndose en precursor de la actual Seguridad Social.

Corría el año 1902 cuando se desencadenó una huelga general revolucionaria y trágica. Semanas después, Francesc Moragas i Barret (1868-1935), que trabajaba como secretario de la Comisión de Asuntos Sociales del Fomento del Trabajo Nacional, ideó una propuesta en pro de la paz y armonía social. Moragas emprendía esta aventura con el convencimiento de que el ahorro debía ponerse al alcance de todos, y se dedicó íntegramente a fomentar la previsión colectiva pensando que la creación de “cajas de retiro” podía ser la manera de propiciar la distensión social. Así pues, redactó y presentó su ambicioso proyecto.

“La Caja de Pensiones para la Vejez vendrá a resolver una de las más trascendentales dificultades económicas con que han de luchar los obreros y, al presentarles la seguridad de una vejez libre de miseria, les reconciliará con la sociedad y hará de ellos ciudadanos dignísimos”, aseguraba Moragas en uno de sus artículos publicados en la Revista Social.

El proyecto se puso en marcha en 1903 y el 5 de abril de 1904 se constituyó la Caja de Pensiones para la Vejez. Lluís Ferrer-Vidal Soler –miembro de la alta burguesía catalana que apoyó de forma incondicional la obra de Moragas– fue nombrado presidente de la entidad, Moragas director general, y el rey Alfonso XIII –quien contribuyó al proyecto con un donativo– presidente honorario. Un año después, se cambiaron los Estatutos y se constituyó oficialmente la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros, cuyo objetivo era asegurar las pensiones de los trabajadores una vez se jubilasen.

En 1908 se aprobó la ley de fundación del Instituto Nacional de Previsión (INP) –germen de la actual Seguridad Social, en cuya fundación Moragas también intervino–, y la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros fue reconocida como una entidad similar en carácter social.

Firme posicionamiento

Por iniciativa de Moragas, el Consejo de la Caja aprobó extender a toda Cataluña el radio de acción de la misma. Así, en 1909 la entidad abrió su primera sucursal en Igualada y en 1913 en Palma de Mallorca. La sede central de la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros –ubicada desde su construcción en la Vía Laietana– se inauguró en 1917. Y en 1920, Moragas constituyó el Instituto de la Mujer que Trabaja. A esta obra le siguieron otras como el Instituto Catalán para Ciegos (1921), Obra Cultural de las Bibliotecas Públicas (1924) y el Instituto Antituberculoso y Dispensarios Blancos (1932).

Durante sus primeros años, tanto la entidad como su obra social, cobraron mucha relevancia en el mundo financiero catalán, hasta posicionarse en 1921 como la primera entidad de ahorro de España. Sin embargo, Moragas mantenía su humildad, modestia y sencillez. “Soy el hombre más ambicioso del mundo: no teniendo necesidades, me he hecho mías las de todos los demás”. Su buen hacer permitió que durante el periodo 1921-1936 la entidad creciera, dispusiera de fondos estables, invirtiera en préstamos hipotecarios y abriera agencias en las grandes poblaciones catalanas.

En 1935 la muerte sorprendió al fundador de la entidad a causa de una grave infección. Por aquel entonces, la entidad ya gestionaba el 60% del ahorro catalán, el 25% del español y el 20% del balear. Francesc Moragas estuvo al frente de una entidad que le permitió hacer obra social con los recursos captados por la segunda sección de la Caja: la sección de ahorros. Su legado dio paso al nacimiento de “la Caixa”, surgida de la fusión, en 1990, entre la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros de Cataluña y Baleares y la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona, fundada en 1844.

Liderazgo y compromiso social

”La anticipación a las necesidades sociales y la gestión de excelencia de Francesc Moragas se han mantenido a lo largo de los más de 110 años de historia de la entidad que fundó. Y hoy, siguen rigiendo el rumbo de la actual Fundación Bancaria “la Caixa” que, bajo la presidencia de Isidro Fainé y la dirección general de Jaume Giró, ha alcanzado en 2018 los 520 millones de euros anuales de presupuesto.

Siguiendo los pasos de Moragas y bajo el lema ‘Cambiamos presentes, construimos futuros’, la primera fundación de España y la tercera del mundo por volumen de activos, sigue trabajando para mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables y promover la igualdad de oportunidades a través de proyectos sociales, educativos, científicos y culturales. Fainé, hace suyo con sus palabras y con su gestión el lema de Moragas: “El trabajo en la cabeza; las personas en el corazón”.