1. Reconocer y ensalzar los logros y el esfuerzo
La motivación pasa por saber valorar no sólo los resultados, también los esfuerzos invertidos. Muchas veces el personal pasa horas dedicado a un proyecto en cuerpo y alma pero no se obtienen los resultados esperados. Si esto sucede, un buen líder no debe dejar que el equipo se venga abajo.
2. Delegar trabajo importante en su equipo
Es otra de las formas en las que un líder mantiene la motivación: haciendo saber que confía. Que un jefe delegue trabajo de cierto calado en sus empleados es síntoma de confianza, lo que hará al equipo mantener la moral alta.
3. Hacer reuniones distendidas cada cierto tiempo
Cada semana, cada dos semanas… pero de una forma habitual hacer reuniones en las que se charle de una forma algo menos formal de lo normal, se interactúe o se hagan “actividades” que ayuden a todos (incluidos los empleados más introvertidos).
4. Fomentar el compañerismo
Cuando se trabaja en grupo es necesario un buen clima para que los resultados sean los deseados. Por ello el buen líder debe fomentar ese compañerismo, la ayuda mutua. ¿Cómo? Cambiando las parejas o grupos de trabajo cada cierto tiempo, haciendo las reuniones antes mencionadas… mil y una opciones.
5. Estar siempre disponible y abierto para echar una mano
Por último, un empleado necesita saber que tiene a su jefe dispuesto y disponible para ayudarle en cualquier problema que le surja. Si se enfrenta a un jefe autoritario o por el contrario, despreocupado, su motivación caerá en caída libre.