No es ningún secreto que, en cualquier proceso empresarial relevante, como un proceso de transformación en una compañía, una salida a bolsa, una fusión o adquisición, un pleito legal, o el lanzamiento de un producto, los CEO recurren a expertos externos que les asesoran sobre cómo salir airosos de los desafíos que afrontan. Detrás de muchas noticias de empresa que ocupan la actualidad informativa, está el trabajo experto de consultores de comunicación y asuntos públicos a los que el CEO recurre para fortalecer su reputación, su licencia social para operar y su negocio. En el mejor de los casos, los consultores ayudan al CEO a aprovechar las oportunidades y protegerse frente a los riesgos que acechan su negocio. En el peor, mitigan daños reputacionales que podrían ser mortales para la supervivencia del mismo.
Arturo Pinedo y Luisa García, socios y directores generales de LLYC para España y Portugal, donde dirigen un equipo de casi 250 personas, aseguran que la comunicación no se puede concebir al margen de la estrategia de una compañía. Luisa García afirma: “Lo que hoy puede hacer tambalearse o provocar el colapso de un negocio ya no es un problema relacionado con el producto o servicio principal, sino que, en muchas ocasiones, tiene que ver con problemas que afectan a la reputación y a la confianza”. Pensemos en Facebook, en Tesla o más recientemente, en Volkswagen. En este contexto tan volátil e incierto, se hace necesaria una nueva forma de relacionarse entre el CEO y sus stakeholders. El silencio no es una opción. Arturo Pinedo matiza, “nuestro trabajo consiste en ayudar a los líderes de las empresas a ganar la confianza de sus colaboradores, clientes, políticos, colaboradores e inversores para tener éxito en sus estrategias de negocio. Y lo hacemos mediante la comunicación, la gestión de la influencia y la tecnología”.
Pero no ha sido fácil para la comunicación hacerse con el protagonismo que merece. Juan Cardona, director de Liderazgo y Posicionamiento Corporativo de LLYC, resume así el giro que ha dado la labor de los consultores de comunicación: “El inicio de nuestra profesión son las relaciones públicas en Estados Unidos; luego se incorporó la gestión de las crisis de comunicación; en una tercera etapa, se convirtió en una herramienta esencial para el alineamiento de los grupos de interés. Y hoy forma parte del entendimiento del mercado y de la estrategia de la compañía”.
Al hilo de estas etapas, matiza Cardona, “el profesional de la comunicación ha ido evolucionando de un perfil más táctico, de prestación de servicios de agencia, a convertirse en un verdadero consultor de negocio… Y ello, acompañado de una metodología más sólida, la tecnología más avanzada y una larga experiencia no solo en la gestión de la comunicación, sino también en los negocios”.