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EEUU podría dividir Google como respuesta a su monopolio

La empresa considera ‘radical y arrolladora’ la propuesta del Departamento de Justicia y advierte contra la posibilidad de tener que hacer una escindisión entre Chrome y Android.

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Foto: Getty.

El Departamento de Justicia estadounidense le ha puesto las cosas claras a Google. El martes por la noche los fiscales registraron un escrito planteando medidas de calado para poner remedios las infracciones de Google en varios frentes. Como antecedente, la sentencia que el juez Amit Mehta dictó el pasado verano contra Google por abuso de posición dominante en el mercado de las búsquedas -incurriendo en una conducta monopolística-.

Ahora, como continuación del juicio, al gigante tecnológico le toca afrontar las consecuencias y, a la autoridad judicial, litigar sobre cuáles son los remedios apropiados para luchar contra esta conducta. Así pues, esta nueva resolución anticipa que se planteen medidas estructurales que pueden pasar por la venta o separación de parte del negocio del gigante tecnológico.

Los fiscales también plantean la prohibición de los acuerdos que suponen la instalación por defecto del buscador de Google en otros navegadores -incluidos los de los iPhone-, así como exigir a la compañía que dé acceso a los datos subyacentes que utiliza para construir sus resultados de búsqueda y productos de IA. «Los demandantes están considerando remedios conductuales y estructurales que impidan a Google utilizar productos como Chrome [su navegador], Play [su tienda de aplicaciones] y Android [su sistema operativo] para favorecer la búsqueda de Google y los productos y funciones relacionados con la búsqueda de Google ―incluidos los puntos de acceso y funciones de búsqueda emergentes, como la inteligencia artificial— frente a rivales o nuevos participantes», según recoge el escrito.

En respuesta al documento, Google contestó -en su blog- que esta propuesta es “radical y arrolladora», argumentando qu podría tener consecuencias negativas imprevistas «para la innovación y los consumidores estadounidenses». La compañía indica que obligarles a compartir las consultas de búsqueda, clics y resultados con la competencia no solo pone en riesgo la privacidad y seguridad de los usuarios, sino que indica que “separar Chrome o Android los rompería», entre otras cosas. “

«Hemos invertido miles de millones de dólares en Chrome y Android. No nos equivoquemos: separarlos cambiaría sus modelos de negocio, aumentaría el coste de los dispositivos y debilitaría a Android y Google Play en su fuerte competencia con el iPhone y la App Store de Apple», apostillan desde el gigante tecnológico.

Aunque no se espera una decisión final de Mehta hasta el próximo verano, el siguiente paso, según el calendario marcado, será afinar sus propuestas en noviembre y, posteriormente, marzo de 2025. “La conducta ilegal de Google persistió durante más de una década e implicó una serie de tácticas de autorrefuerzo», aclaran desde el Departamento de Justicia. «Deshacer este comportamiento [sic] y alcanzar los objetivos de una solución antimonopolio eficaz requiere tiempo, información (en particular, dadas las asimetrías de información entre los demandantes y Google) y una cuidadosa consideración”, según recoge el documento.

Por el momento, Google tiene otro juicio entre manos, también contra el Departamento de Justicia, por ejercer un triple monopolio esta vez en el mercado de la publicidad digital. Así, los demandantes estudian soluciones para abordar los perjuicios un total de cuatro categorías: los relacionados con la distribución de búsquedas y los acuerdos de reparto de ingresos de Google; con la acumulación y uso de datos; con la generación y visualización de resultados de búsqueda, y con la escala y monetización de la publicidad.

De momento, los remedios sugeridos pueden complicar hasta niveles insospechados la gestión de la macroempresa, por lo que los fiscales podrían estar considerando medidas adicionales. Por su parte, Google ya ha dicho que planea recurrir la decisión del juez, aunque, por el momento, debe esperar a que se dicte un fallo concreto.

A juzgar por lo visto, el caso tiene papeletas para convertirse en una larga historia frente a los tribunales.

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