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El nuevo futuro del automóvil

Si hay un sector productivo que se encuentra ahora mismo en una situación de cambio radical es el de la automoción. Se trata de un fenómeno mundial, y España, con importantes plantas de producción, no escapa a él. “Es un momento complicado, el corto plazo es complejo”, afirma Noemi Navas, directora de Comunicación y portavoz de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Aún así, aclara a Forbes: “hay incertidumbre, pero también se abren nuevas oportunidades”. La situación es de tal envergadura que para Mikel Palomera, director general de Seat España, “el sector se encuentra ante los mayores retos de toda su historia”.

Son varias las razones que explican el momento de cambio que atraviesa el sector. En el Grupo PSA, responsable de las marcas Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauxhall, apuntan a Forbes las siete megatendencias que definirán el futuro del automóvil: “Mercado divergente, digitalización, comportamiento del cliente, energía y medioambiente, conectividad, vehículo compartido y vehículo autónomo”. En la misma línea se encuentra el diagnóstico que hacen en Renault España: “Somos conscientes de que el sector del automóvil va a evolucionar en los próximos diez años lo mismo que lo ha hecho en los cincuenta anteriores y nos preparamos para los nuevos retos. Digitalización, conectividad o customización son las claves de la nueva industria 4.0, donde el cliente es el centro y los empleados la base para conseguir un sistema de producción competitivo”, declaran en la empresa a Forbes.

Por el momento, la incertidumbre está haciendo pagar un alto precio al sector, ya que la demanda lleva encadenando meses de caídas y las previsiones para 2019 son “que las matriculaciones desciendan entre un 2% y un 3%”, según Anfac. El sector calcula unas ventas entre 2020 y 2030 de entre 1,3 y 1,5 millones de unidades, es decir, asume una producción estable durante una década. Ya hay plantas que están acusando este escenario, como la de Ford en Almussafes (Valencia), en la que la compañía, debido a que dejará de producir 100 unidades diarias en pocos meses, lleva a cabo este verano un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) en su plantilla.

Época de incertidumbres

El cambio tecnológico es uno de los principales causantes. “Ahora mismo existe mucha variedad de nuevas tecnologías disponibles en automoción y el consumidor a la hora de comprar un vehículo tiene dudas”, explica Noemi Navas. No pocos clientes prefieren esperar a que mejoren o evolucionen tecnologías como la de la recarga de los coches eléctricos o la del automóvil híbrido, a que se aclare el grado de nocividad de combustibles como el diésel o a que se disipen las incertidumbres sobre la movilidad en los centros de las ciudades, como es el caso de Madrid Central. “La electrificación, la conectividad, la conducción autónoma o la movilidad compartida, que son los grandes cambios que afronta la industria a medio plazo, no contribuyen a que los clientes tomen una decisión rápida en sus compras”, agrega Navas.

El sector observa cómo en la actualidad muchos consumidores prefieren mantener sus automóviles viejos u optar por los de segunda mano, de entre 10 y 15 años de antigüedad, para solucionar temporalmente su locomoción. La decisión de renovar un bien duradero como el automóvil se está retrasando de tal manera que en la propia Anfac estiman que en 2030 el 16% del parque español tendrá una vida media de 20 años, antigüedad mucho más alta que la prevista para esa fecha hace solo cinco años. Mikel Palomera también cree que la caída de la demanda es en buena parte consecuencia de que “la incertidumbre que vive el sector se está trasladando al consumidor”.

Envejece el parque automovilístico y aumenta la edad de los consumidores que compran vehículos. La mentalidad respecto a la locomoción está cambiando a pasos agigantados y los jóvenes, que hasta hace pocos años lo primero que hacían mayoritariamente al llegar a la edad adulta era hacerse con el carné de conducir e intentar comprar un vehículo a motor, ahora no tienen prisa. Modalidades como la movilidad compartida, que ha traído la economía colaborativa, les solucionan sus movimientos.

Ha caído exponencialmente el deseo de tener un automóvil y el alquiler o el carsharing se están imponiendo a la propiedad. Solamente en Madrid la movilidad compartida o carsharing cuenta ya con más de 500.000 usuarios, según datos de la alemana BMW, y eso que España “tiene uno de los mercados más débiles por falta de ayudas, de disponibilidad, etc.”, afirman en Anfac. En Seat hablan ya de micromovilidad para referirse a los jóvenes y exploran el mercado con líneas dirigidas a ellos. “El lanzamiento del Seat eXS KickScooter powered by Segway (un patinete que alcanza los 25 km/h y que pesa 12,5 kilos) forma parte de esa exploración de distintas vías de micromovilidad”, asegura Palomera.

Una tercera causa de los cambios que afectan al sector del automóvil hay que buscarla en la regulación. Noemi Navas lamenta que, en relación al medio ambiente, “en España están vigentes 54 planes sobre la calidad del aire y hay cinco leyes sobre el cambio climático. Nos gustaría que hubiera más homogeneidad”.

En Renault también se quejan del problema regulatorio: “El sector necesita una política de movilidad, así como homogeneidad en la legislación para que el automóvil sea un elemento fundamental en la industria española pues supone un 10% del PIB del país”. Una idea muy similar trasladan en PSA: “Lo cierto es que estamos sujetos a decisiones en el ámbito regulatorio no siempre bien entendidas, tanto de la Unión Europea como a nivel nacional, autonómico o municipal. Estas medidas, en ocasiones, no son estables en el tiempo y pueden llegar a provocar incertidumbre en la sociedad, lo que perjudica no solo a la industria sino [también] a los ciudadanos”.

Los planes de ayuda a los vehículos eléctricos es una de las demandas de Anfac, dado que estos coches son un elemento fundamental en el futuro del sector. Además de ayudas que contribuyan a disminuir el precio, consideran clave que haya “una reducción sustancial o una exención” del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) para este tipo de vehículos, medida que se está negociando ya en la Unión Europea, señala la Asociación. Asimismo, ésta cree que es necesario que las autoridades se ocupen de que haya más puntos de recarga. En la actualidad se están fabricando automóviles eléctricos con 400-500 kilómetros de autonomía y entre 2019-2020 el 60% de todos los vehículos que salgan al mercado tendrán una versión electrificada. Sin embargo, en Anfac recuerdan que el problema de las recargas sigue en punto muerto y es el que está frenando la expansión de este tipo de automóviles entre los consumidores.

Para completar el panorama de las dificultades del sector no hay que olvidar la situación económica internacional. La salida de Reino Unido de la Unión Europea y las amenazas de EE UU de incrementar los aranceles a los vehículos europeos están provocando una caída de la confianza, tanto entre los consumidores como los empresarios, lo que influye directamente en la capacidad de compra y también en el turismo, un sector muy intensivo en alquiler.

Afrontar el futuro

A pesar de todo lo expuesto, en el sector se preparan para afrontar los retos del futuro. Los principales fabricantes de automóviles en España afirman que se trata de una época de cambios pero también de oportunidades. En Renault no han reducido la fabricación y en la actualidad la factoría de carrocería y montaje de Valladolid sigue produciendo el modelo Captur a tres turnos y está volcada en la preparación de un nuevo vehículo, previsto en el Tercer Plan Industrial de la compañía. “La factoría de motores ha sido un ejemplo de transformación. El mercado ha experimentado un cambio brutal de tendencia del mix gasolina/diésel y la factoría ha sabido adaptarse para responder a las peticiones del mercado”, aseguran en la empresa. Por su parte, la factoría de Palencia produce los modelos de Renault Kadjar y Megane, y la de Sevilla cajas de cambio que se exportan a 30 fábricas del grupo. Las tres fabrican de media el 12% de los vehículos del Grupo Renault, el 40% de sus motores y el 33% de las cajas de cambio. Reconocen que la digitalización “es clave” y, por eso, “Renault ha optado por digitalizar su sistema industrial para respaldar a los operarios, fabricar vehículos conectados y personalizados y dar mayor protagonismo aún al cliente dentro de la factoría”. Igualmente, y de cara a los compromisos medioambientales, en Valladolid y en Palencia se van a producir versiones híbridas de sus vehículos en 2020.

Un plan de futuro en el que trabaja el Grupo PSA es el de convertirse “en el proveedor de movilidad preferido por los clientes” con su nueva marca Free2Move. Esta aplicación permite acceder a múltiples operadores de vehículos compartidos. Fuentes de PSA declaran que “dentro de esta estrategia de movilidad, tenemos una de las ofertas más importantes de nuestro país a través de la empresa de carsharing emov. A día de hoy, es el único carsharing que ofrece a sus clientes vehículos comerciales eléctricos tras el reciente lanzamiento del Citroën Berlingo Electric Furgon 100% eléctrico en su flota de vehículos. Además, contamos con 600 Citroën C-Zero, también de cero emisiones, circulando por nuestras calles”.

En Seat España son, asimismo, optimistas respecto a su situación particular. Atendiendo a la tendencia actual de regular más el tráfico en el centro de las ciudades, junto con la conducción autónoma, la electrificación y el uso de combustibles alternativos, “seguimos apostando por la gama TGI híbrida de gas natural y gasolina presente en nuestros modelos Ibiza, León y, por primera vez, en el Arona. Y el año que viene tomará forma nuestra ofensiva eléctrica con el lanzamiento de seis modelos electrificados, dos de ellos 100% eléctricos”, informa el director general de la compañía en España, quien añade que avanzan en la implementación de la conectividad en los vehículos y “en un importante proceso de transformación con la llegada de la industria 4.0”.

Las perspectivas del sector

En lo que respecta a la situación del sector en su totalidad, las propias compañías también ven una clara oportunidad y señalan que no hay que alarmarse en extremo. En Anfac son conscientes de que “las matrices de las empresas fabricantes están fuera de España, con lo que nuestra competitividad debe ser mayor” pero no por ello la situación ha desbordado al sector. “Nosotros tenemos nuestro propio plan estratégico, conjuntamente con la industria, para los lustros siguientes y eso es muy importante”, dice Noemi Navas.

Para PSA, “una de las principales ventajas es que estamos en un sector que se encuentra en constante transformación, con posibilidades de innovar y evolucionar. Estos cambios dan lugar a nuevas formas de movilidad con nuevas compañías que se adaptan a los nuevos comportamientos y exigencias del consumidor”