La diferencia de géneros sigue siendo una realidad cuando hablamos de ocupar puestos de relevancia dentro de una empresa. Las mujeres ven como los hombres se hacen con la responsabilidad de categorías superiores. Según el estudio de Qlik, el 94% de la plantilla de las empresas analizadas son varones. Por lo tanto, tan sólo el 4% correspondería al sexo femenino.
Este es el dato general pero, la tendencia empeora en función del país donde nos situemos. Sin ir más lejos, Japón y Hong Kong son lugares donde será difícil ver a mujeres encabezando la dirección. En cambio, hay naciones que intentan que esta desproporción entre sexos vaya disminuyendo y hacen pequeños avances para conseguirlo. Es el caso de India donde la proporción de mujeres que ocupa puestos de trabajo como CEO es del 8%. Reino Unido y Australia también tienen su mérito, un 5%.
La característica principal que une a los líderes es su formación. El 92% de ellos está licenciado. No es de extrañar que, los que se convierten en el motor de una empresa hayan recibido una educación impecable. Y ésta, no se consigue en cualquier universidad. Por ello, como publica el informe, Oxford y Cambridge son los dos centros elegidos por los CEO para llevar a cabo sus estudios universitarios. También Harvard o el Imperial College de Tokio son puntos de referencia.
Además, coinciden también en la carrera que estudian. De una forma u otra, los que se convierten en líderes han dado la espalda a las letras para centrarse en los números. Así lo reflejan con sus carreras. Según el estudio, Ciencias Económicas, Administración de Empresas y las ingenierías son las más demandadas. En toda esta preparación aparece un dato, cuanto menos, curioso. Y es que, sólo el 18% de los CEO investigados reconoce que tiene un máster en Dirección de Empresas.
Son personas con un alto grado de adaptabilidad y los datos así lo demuestran. El 52% de los líderes se han mantenido menos de 5 años ocupando un mismo cargo. Todos ellos han tenido experiencias previas a ser los grandes líderes de su empresa. De hecho, el 9% trabajaban como directores generales, el 6% ocupaban puestos financieros y el 5% fueron directores de operaciones.