He sido testigo del poder transformador de la inteligencia artificial (IA).
Cuando trabajo con escuelas en la integración de la IA, a veces me piden que dirija un taller con estudiantes. En sesiones recientes con alumnos de secundaria de California, Nueva York y el Reino Unido, han entrenado a la IA para crear un equipo de apoyo de asistentes virtuales para ellos mismos. Desde profesores virtuales y entrenadores del sueño hasta asesores profesionales, compañeros de estudio y planificadores de vacaciones, las posibilidades que han explorado estos estudiantes son tan inspiradoras como reveladoras.
Cuando se les han dado las herramientas para personalizar la IA, los estudiantes han empezado a crear de forma natural sus propias redes de apoyo de robots virtuales. Este cambio es algo más que tecnológico. Hay un salto hacia el desarrollo de habilidades empresariales esenciales que les servirán durante toda su vida.
Estas habilidades incluyen la evaluación de resultados, la gestión de equipos, la comunicación eficaz, la toma de decisiones, el pensamiento creativo, el planteamiento de cuestiones y la adopción de medidas decisivas basadas en respuestas.
Habilidades empresariales en acción
La creación y el uso de estos asistentes de IA requieren habilidades empresariales. Los estudiantes deben evaluar la eficacia de sus asistentes de IA. Deben perfeccionarlos continuamente en función de los comentarios y los datos de rendimiento. Este proceso de evaluación agudiza su capacidad de análisis.
La gestión de un equipo de asistentes de IA enseña a los estudiantes la importancia de la delegación y la gestión de equipos. Aprenden a comunicar claramente sus necesidades y expectativas. Esta experiencia tiene un valor incalculable. Refleja la necesidad real de dirigir y colaborar con equipos diversos.
La toma de decisiones es otra habilidad fundamental que desarrollan los estudiantes. Elegir qué asistentes de IA crear, determinar sus funcionalidades y realizar mejoras en función de los resultados son decisiones que requieren una reflexión profunda. Este proceso de toma de decisiones se ve reforzado por el pensamiento creativo. Los estudiantes deben innovar y encontrar soluciones únicas a los retos que se les plantean.
Cuestionar y actuar son las últimas piezas del rompecabezas. Animar a los estudiantes a formular las preguntas adecuadas y a buscar nueva información fomenta una cultura de aprendizaje continuo. Actuar a partir de las respuestas que encuentran es la clave para introducir cambios y mejoras significativas.
Todo es cuestión de empresa
Nuestros sistemas educativos actuales se centran con demasiada frecuencia en la memorización y la adquisición de ingentes cantidades de conocimientos. El éxito no depende de saberlo todo. Los líderes lo saben. En gran parte, depende de la capacidad de utilizar eficazmente un equipo, ya sea humano o virtual.
Sam Altman, CEO de OpenAI, predijo que pronto veremos la primera empresa unipersonal de mil millones de dólares. Esta única persona podrá alcanzar este objetivo porque tendrá un equipo de IA trabajando con ella. Esta predicción subraya el inmenso potencial de la IA para amplificar las capacidades individuales y alcanzar un éxito sin precedentes.
Hace siglos, poseer tierras era la medida del éxito. Con el traslado a las ciudades y el auge de la industria, el capital y el trabajo se convirtieron en los principales motores de los logros económicos. Hoy en día se puede poner en marcha una empresa con un simple ordenador portátil en una cafetería. La capacidad empresarial se ha convertido en el factor más crítico para el éxito. La innovación, la creatividad y la capacidad de aprovechar la tecnología son primordiales. Quienes sepan adaptarse, pensar de forma creativa y colaborar con la IA prosperarán.
Cambiando nuestro enfoque en la educación hacia el desarrollo de habilidades empresariales, podemos preparar mejor a los estudiantes para sus vidas. Este enfoque no sólo se ajusta a las realidades del lugar de trabajo moderno, sino que también podría fomentar un entorno de aprendizaje más atractivo y dinámico.
Una llamada a la acción para los educadores
No deja de sorprenderme el ingenio y la capacidad de adaptación de los alumnos.
No sólo están aprendiendo sobre tecnología, sino que también están desarrollando las habilidades empresariales que impulsarán su éxito futuro. Es hora de que nuestros sistemas educativos reconozcan este cambio y preparen a los estudiantes en consecuencia. El futuro pertenece a aquellos que pueden construir y liderar equipos, aprovechando el poder de la IA para amplificar sus capacidades y alcanzar sus objetivos».
La predicción de Sam Altman es una llamada a la acción para que los educadores doten a los estudiantes de las habilidades que necesitan para prosperar.