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Tres formas importantes en las que los líderes flexibles pueden dañar a los equipos

Ser demasiado permisivo no es lo mejor para las personas ni para los resultados. Esto es lo que puedes hacer en su lugar.

Estamos en la era del equilibrio, las expectativas razonables y la flexibilidad, y eso es bueno. Pero si eres un líder demasiado discreto, perjudicarás a tu equipo y te enfrentarás a consecuencias imprevistas.

La escasez de talento es real y las expectativas de trabajo han cambiado significativamente, lo que hace que el liderazgo sea aún más difícil.

Y lo que está en juego es especialmente importante, ya que los líderes están sometidos a la presión de obtener resultados para las organizaciones y para las personas. De hecho, el 69% de las personas afirman que los líderes tienen un mayor impacto en su salud mental que su médico o su terapeuta, y al mismo nivel que sus parejas. Las responsabilidades a las que se enfrentan los líderes son intensas, sin duda.

En respuesta, la opinión popular sugiere que más es siempre mejor cuando se trata de ir al encuentro de las personas y ofrecerles autonomía y opciones ilimitadas.

Sin embargo, ser demasiado flexible, no intervenir o tener pocas expectativas puede generar desmotivación y un rendimiento por debajo de lo esperado. He aquí por qué ser demasiado permisivo no es lo mejor para las personas ni para los resultados, y qué hacer en su lugar.

Los líderes flexibles devalúan

La flexibilidad es algo bueno, y dar a la gente más opciones y control está relacionado con el compromiso, la felicidad y el esfuerzo discrecional. Pero si se va demasiado lejos y se ofrece total libertad a las personas, éstas pueden llegar a la conclusión de que su contribución no es fundamental.

Expresar que se es indulgente con el momento en que la gente llega o si se presenta puede enviar el mensaje no intencionado de que su trabajo no importa tanto, o no moverá la aguja.

Todos tenemos un instinto de importancia y, curiosamente, cuanto más nos esforcemos por conseguir algo, más satisfechos nos sentiremos cuando lo logremos. Esforzarse en el trabajo no es malo. De hecho, es algo que puede generar orgullo, satisfacción, confianza y logro, según una investigación sobre el concepto de orgullo auténtico, publicada en el Journal of Research in Personality.

Los grandes líderes ponen el listón muy alto y responsabilizan a los demás de los resultados. Creen en los miembros de su equipo y en todo lo que conseguirán para marcar la diferencia en el equipo y la organización. Asignan tareas significativas y ayudan a las personas a realizarlas.

Los líderes flexibles desmotivan

En el mejor de los casos, el liderazgo flexible transmite confianza en las personas. Pero si eres demasiado blando o evasivo con sus expectativas, también te enfrentarás a la consecuencia no deseada de desmotivar a los empleados. Si no te importan los resultados, ¿por qué deberían importarles a ellos?

Según la investigación académica, cuando las personas se enfrentan a retos y deben resolver problemas, tienden a ser más felices. Aprender, estirarse y crecer son ingredientes de la satisfacción en el trabajo.

El trabajo duro también tiene el efecto positivo de generar compromiso. Conocido como el efecto IKEA, cuando las personas se esfuerzan más en algo, tienden a sentirse especialmente comprometidas y dedicadas, según una investigación publicada en el Journal of Consumer Psychology.

Los grandes líderes dan ejemplo con su propia actuación y exigen a los demás que cumplan unas normas y obtengan unos resultados significativos. Crean culturas de esfuerzo riguroso y resultados excelentes en lugar de mediocridad.

Los líderes flexibles degradan el rendimiento

En el lado positivo, la flexibilidad puede crear espacio para que las personas rindan de la forma que mejor les convenga, pero si no se fijan unas expectativas adecuadamente altas, el rendimiento se verá reducido. Las personas no entenderán la importancia de su trabajo y, sin un sentido de propósito o dirección, tendrán problemas para producir grandes resultados.

La principal forma de aprender es de los demás, y las decisiones que toma cada persona afectan al equipo. Si no inspiras a las personas con un sentido de propósito y objetivos, pueden perder el ánimo y tener un efecto desmoralizador también en los demás.

La energía y el rendimiento tienen un efecto demostrado entre los miembros del equipo. La investigación ha demostrado que cuando las personas están comprometidas y motivadas, esto tiende a tener un impacto positivo en los demás.

Y otros estudios han demostrado que el compromiso, el rendimiento y la satisfacción están correlacionados. Cuando las personas rinden más, tienden a estar más motivadas, y cuando las personas están comprometidas, tienden a estar más satisfechas, y así sucesivamente.

Los grandes líderes establecen objetivos significativos, ambiciosos y alcanzables para las personas y los equipos, y aclaran constantemente cómo las contribuciones de los miembros del equipo afectan a los demás, así como a la organización y al cliente.

Encontrar el equilibrio para un liderazgo flexible

Por supuesto, ir demasiado lejos hacia el rigor o las expectativas poco realistas no es lo ideal –no se quiere ser excesivamente dirigido o microgestionado– y tiene sentido ofrecer opciones y autonomía.

Los líderes deben encontrar el equilibrio entre la flexibilidad y los estándares de rendimiento. He aquí cómo.

  • Confía en la gente y da por supuestas sus buenas intenciones, sabiendo que la gente quiere hacer un buen trabajo.
  • Haz saber a las personas lo mucho que las valoras y que necesitas su atención, esfuerzo y grandes resultados.
  • Haz saber a los empleados que confías en ellos para que gestionen su horario y sus procesos de trabajo para hacer las cosas.
  • Explica claramente a los empleados cómo repercute su trabajo en los demás miembros del equipo, en la organización y en el cliente final.
  • Aclara las expectativas de rendimiento que alinean –en la medida de lo posible– lo que a la gente le gusta hacer con lo que debe hacer por el equipo y la organización.
  • Haz preguntas y da a la gente la oportunidad de hablar, expresar ideas y tomar la iniciativa.
  • Proporciona retroalimentación, formación y orientación para que las personas puedan mejorar continuamente.
  • Asegúrate de que las personas tengan la oportunidad de aprender y crecer hacia objetivos que sean significativos para ellas a medida que se desarrollan en sus carreras.
  • Celebra las victorias, reconoce el esfuerzo y responsabiliza a las personas.

Liderazgo eficaz

Al mismo tiempo que ha cambiado el trabajo, también lo ha hecho el liderazgo. Hay mucho en juego, pero los líderes que expresan la flexibilidad adecuada pueden crear las condiciones para la felicidad, el compromiso y una experiencia positiva del trabajo, así como grandes resultados para las organizaciones.

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