El cielo de la capital británica sigue luciendo su melancólico y omnipresente gris, pero desde el pasado 13 de marzo encontramos en la ciudad un luminoso refugio tras los muros de la National Gallery.
Allí, en la que es considerada la galería más popular del Reino Unido y la cuarta de todo el mundo, hay estos días más luz de la habitual –y la continuará habiendo hasta el 7 de julio– gracias a Joaquín Sorolla. O más bien a su obra, ya que en sus paredes se exhiben más de sesenta creaciones del pintor valenciano, muchas de ellas auténticas obras maestras, que provienen del Museo Sorolla de Madrid, pero también de colecciones privadas de Europa y Estados Unidos.
Repartidas en siete salas diferentes, según la temática y la cronología de las piezas seleccionadas, nos encontramos en nuestro periplo con retratos y paisajes, siempre con esa mirada tan particular al costumbrismo español, y siempre, por supuesto, con esa luminosidad que caracterizó su producción artística y que inunda de manera magistral esas inolvidables escenas cotidianas en exhuberantes jardines y apacibles playas.
No es de extrañar, por tanto, que la muestra reciba el título de Sorolla: Spanish Master of Light. Se trata de la primera retrospectiva del artista en el Reino Unido desde 1908, año en el que el propio Sorolla organizó una exposición en las Grafton Galleries de Londres, donde fue presentado entonces como “el pintor vivo más grande del mundo”.
“Sorolla tenía un extraordinario talento para la pintura. Su habilidad para capturar la vida y el movimiento, a menudo de puertas para afuera y a gran escala, sigue siendo impresionante”, explica Christopher Riopelle, comisario de la exposición. “Sus pinturas irradian el reflejo de la luz del sol sobre el agua, el calor de una tarde sensual y la fuerza de una dura brisa marina. Sus audaces composiciones y el cada vez más importante uso del color en su obra han sido determinantes para el desarrollo del arte moderno. Aunque por encima de todo, siempre mantuvo el compromiso de pintar la vida española en toda su complejidad”.
Por su parte, Gabriele Finaldi, director de la National Gallery, asegura que “junto a Goya y Picasso, Sorolla fue el pintor español más celebrado. Él trató temas sociales difíciles, pero llegó a ser famoso sobre todo por esos baños de sol que caracterizaban sus escenas. Ningún otro artista ha sido capaz de pintar la luz del Mediterráneo como lo hizo Sorolla”.
La apuesta por el talento español
Esta exposición ha contado con el apoyo de la aerolínea Iberia, patrocinador principal de la muestra, que enmarca esta iniciativa dentro de su proyecto #Talentoabordo, cuyo objetivo es apoyar y difundir la cultura española en los cerca de cincuenta países donde vuela. “Iberia quiere dar difusión a una obra tan española como la de Joaquín Sorolla y, juntos, ser embajadores de la marca España y exportadores del talento español”, afirma Gemma Juncá, directora de Brand & Marketing de Iberia.
Una filosofía que va mucho más allá de esta acción. Prueba de ello es que solamente en estos primeros meses que llevamos de año su actividad de promoción cultural ha sido muy intensa. Por ejemplo, la aerolínea española se ha sumado al bicentenario del Museo del Prado, bautizando a su último A350 con el nombre de la pinacoteca madrileña y con la difusión de sus obras tanto a bordo de sus aviones como en sus salas VIP. Además, Iberia también ha patrocinado el Festival de Cine de Mujeres, ha participado en el Madrid Design Festival, en el espectáculo Flamenco Real y en la última edición de la Mercedes-Benz Fashion Week, entre otras iniciativas.
Y más allá de la presencia de la marca y su participación directa en estos proyectos, Iberia exporta las muestras más destacadas del talento español en cualquiera de sus expresiones artísticas a más de 130 destinos de todo el planeta a través de los aviones de la compañía y de canales como el sistema de entretenimiento a bordo o de sus revistas. Cualquier canal es bueno y todo esfuerzo es poco para promocionar la cultura española. El mundo se merece conocerla.