Las cifras dejan poco hueco a los escépticos. El consumo medio de los vehículos matriculados por el renting es de 4,61 litros por cada 100 kilómetros, mientras que el del resto del mercado es de 4,94 litros. Si hablamos de emisiones medias, las del renting se sitúan en 117,36 gramos de CO2 por km frente a los 122,25 de los demás. ¿Por qué pasa esto?
Para empezar, la edad media del parque automovilístico de nuestro país ya supera los doce años y Tobias Zisik, director general de Europcar Mobility Group España, asegura que “la renovación de la flota del sector del alquiler es muchísimo más rápida”. De hecho, ellos los renuevan “cada seis o siete meses”, lo que “garantiza la última tecnología en sus motores, la optimización energética y menos emisiones de CO2”.
Es verdad que lo más común es que las flotas de renting a largo plazo se renueven cada cuatro años. David Henche, director de Marketing y Comunicación de LeasePlan, añade que “la renovación anual de un cuarto de la flota supone una constante reducción de la contaminación, lo que, sumado a la creciente preferencia de los clientes por los motores más modernos y eficientes, está contribuyendo a cumplir con las premisas de los nuevos planes de movilidad de los ayuntamientos”.
No hay que pensar en los clientes como meras personas particulares o autónomos. Es más, apunta Henche, “poder entrar en las ciudades sin restricciones es un factor decisivo para el negocio de las empresas, cuyas flotas pueden realizar su labor a cualquier hora, lo que incrementa su rendimiento y eficiencia”. Además, añade, “aquellas compañías que hacen uso de vehículos eco pueden aparcar sin necesidad de pagar el SER, lo que también supone ahorros y evita las multas”. Como colofón, concluye, “las empresas con flotas eco proyectan una imagen más atractiva que las que se estancan en el pasado y continúan contaminando con sus vehículos”.
Ser respetuoso con el medio ambiente es un posicionamiento muy codiciado. Rocío Carrascosa, directora general de Alphabet España, matiza que su firma se propone ser líder en soluciones de movilidad sostenible y, por eso, “los 63.000 vehículos que gestionamos disponen en su práctica totalidad de etiqueta C, Eco y Cero”.
Las matriculaciones de vehículos con etiqueta Cero aumentaron el año pasado un 20%, a lo que se suma los buenos datos en matriculaciones de vehículos híbridos no enchufables, que se han triplicado respecto a 2017. Tobias Zisik, de Europcar, anuncia que su empresa ha duplicado su flota de eléctricos, híbridos y coches de gas natural. Por último, en LeasePlan esperan que toda su flota sea de cero emisiones en 2030 y que el segmento de coches para empleados sea totalmente eléctrico en 2021.
Según el ‘Estudio de la Movilidad del Futuro’, firmado por Europcar, dos tercios de los encuestados dicen que estarían dispuestos a pagar más por un coche menos contaminante, para liberar espacio en las calles y para reducir las emisiones. Sin embargo, sólo un 10% se ha ‘rascado’ el bolsillo alguna vez en este sentido, porque creen que no hay oferta, por falta de información o porque asumen que los vehículos tienen poca autonomía.
Necesitan mejorar
Es verdad que los eléctricos tienen que aumentar mucho su autonomía para que se puedan utilizar cómodamente en el transporte interurbano. Los híbridos enchufables también son mucho menos útiles de lo que podrían ser porque apenas existen puntos de recarga. Dicho esto, este año empieza la fuerte expansión de unas electrolineras que podrían rondar los 200.000 puntos en 2030. Repsol, Endesa, Iberdrola y EDP, que prevén fuertes despliegues de estas infraestructuras, han iniciado una contundente batalla por el mercado.
De todos modos, la transición a los eléctricos e híbridos enchufables no parece que vaya a ser fulminante. Para Tobias Zisik existen obstáculos como “el incremento del coste”. Para facilitar el proceso, en Alphabet han diseñado un producto llamado AlphaElectric, que incluye, según Rocío Carrascosa, “el acceso a la movilidad eléctrica de manera gradual y ordenada mediante una consultoría personalizada que acompaña en todo el proceso de implementación”. Además, subraya, “el cliente puede probar un vehículo eléctrico por un tiempo y valorar cómo le encaja esta tecnología en su día a día y sin temor a equivocarse porque, si no cumpliera sus expectativas, podrá cambiar a un modelo de combustión tradicional sin ningún coste de cancelación”.
Una de las grandes preguntas es qué papel puede jugar el renting en la transición hacia una economía electrificada, sostenible y mayoritariamente renovable. David Henche, de LeasePlan, asegura que, en estos momentos, “las compañías de renting estamos actuando como early adopters de los nuevos vehículos eco, sean eléctricos o híbridos. Renovamos cada año un cuarto de nuestra flota y esto significa que siempre contamos con los vehículos más modernos y menos contaminantes”.
El segundo aspecto en el que podría influir el renting pasa por favorecer la implantación de motores más limpios y eficientes en su asesoramiento a los clientes. Henche lo ve claro: “Trabajamos para elevar el conocimiento de nuestros clientes en torno a los vehículos de bajas emisiones y para fomentar la implementación de las infraestructuras necesarias en nuestro país”.