El mercado de fusiones y adquisiciones corporativas (M&A, Mergers and Acquisitions, como se denomina en la jerga financiera anglosajona) enfila este 2019 con un sentimiento positivo tras cerrar el pasado año con unos volúmenes que oscilaron entre los 3,5 y los 4,1 billones de dólares (los 3,1 y los 3,6 billones de euros) a nivel mundial.
Los analistas del banco de inversión JP Morgan prevén que un elemento clave que impulsará este mercado será la creciente presión que reciben las empresas para que revisen sus estructuras de negocio y creen valor. En esta labor estarían jugando un papel decisivo, destacan los analistas del banco estadounidense, los denominados accionistas activos (aquellos que ejercen una presión ‘activa’ sobre la gestión de la empresa) al inducir a los consejos de administración a que promuevan iniciativas que aporten rentabilidad, ya sea mediante compras o alentando la venta a compañías mejor gestionadas, si fuera necesario. “El activismo accionarial se ha consolidado como una estrategia de inversión permanente en los mercados financieros internacionales y se espera que tenga una mayor participación a nivel global en operaciones empresariales de calado. Vemos accionistas activos alterando empresas tradicionales en Estados Unidos y Europa y prevemos estrategias similares a mayor escala”.
Tendencia positiva
Los especialistas en fusiones y adquisiciones empresariales coinciden en señalar que en el presente ejercicio persistirán obstáculos como la inestabilidad geopolítica, el entorno regulatorio y la incertidumbre macroeconómica. Sin embargo, son unánimes en pronosticar que el negocio mantendrá el tono de fortaleza, aunque, según los de JP Morgan, los cambios regulatorios podrían seguir afectando al tamaño de las transacciones favoreciendo las de menor dimensión. En 2018, el número de megaoperaciones, las que superan los 10.000 millones de dólares (8.800 millones de euros), alcanzó las 44 frente a las 32 de 2017, el segundo registro más alto de los últimos diez años.
Para los expertos de Morgan Stanley, otra firma de banca de inversión, que intermedió el año pasado en operaciones M&A por un volumen de un billón de dólares (0,9 billones de euros), advierten de las turbulencias en los mercados y la incertidumbre global, lo que les hace pensar que el número de megaoperaciones podría decaer, pero se compensaría por un fuerte dinamismo en las operaciones de menor dimensión. “Somos optimistas, aunque soplan algunos vientos de cara”, afirma Rob Kindler, director global de M&A en Morgan Stanley. “Si bien la volatilidad en los mercados de capitales hace que sea más desafiante cerrar operaciones, la importancia estratégica de las fusiones y adquisiciones nunca ha sido tan alta, dada la dificultad para crecer orgánicamente”.
Los analistas de Morgan Stanley prevén que el mercado M&A se enfrente a una dicotomía entre aquellas empresas cuya estrategia inequívoca es crecer con fusiones para generar economías de escala, y el resto, compañías que se rompen o reducen tamaño desgajando unidades que no forman parte de su negocio básico.
La reforma de Trump
La consultora internacional Deloitte describe un panorama más optimista para el mercado M&A en 2019, según una encuesta realizada entre ejecutivos empresariales y de firmas de capital riesgo.
Sorprendentemente, los encuestados pronostican para este año un aumento del número de transacciones y, siete de cada diez, del tamaño. En su opinión, jugará a favor el hecho de que las empresas estadounidenses han aumentado su disponibilidad de efectivo gracias en parte a la reforma fiscal de Trump, y el principal destinatario de esa liquidez sería el mercado de M&A. Además, un tercio de los participantes en la encuesta cree que habrá un significativo impulso en operaciones transfronterizas, así como un inesperado aumento del interés por el mercado chino.
En 2018 el mercado de M&A se vio favorecido por la persistencia de factores como un crecimiento económico sostenido, el saneamiento de los balances empresariales, financiación barata y hambre inversora. Además, hubo un motor clave en el dinamismo del mercado: la entrada en vigor de la reforma fiscal de Donald Trump que generó flujos de efectivo crecientes al repatriarse capitales que tenían depositados en el exterior grandes grupos empresariales, lo que facilitó recursos para, entre otras actividades, realizar adquisiciones corporativas.
El sector de la tecnología sigue siendo uno de los más activos en el mercado M&A, con un peso específico que no para de crecer. En 2007 concentraba el 6% del total de las operaciones y en 2018 el 17%, convirtiéndose en el más activo, seguido del de cuidados médicos, en cuanto a volumen transaccionado, según datos de JP Morgan.