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GSK: la farmacéutica que lidera la tabla

La filial española del gigante farmacéutico británico GSK tiene más de 2.000 empleados en nuestro país repartidos entre su sede central en Tres Cantos (Madrid) y sus plantas de producción en Aranda de Duero (Burgos) y Alcalá de Henares (Madrid). El núcleo de su negocio es la distribución y comercialización de medicamentos, pero también fabrica y desarrolla otros nuevos, esto último a través de su Centro de Investigación, su Fundación Tres Cantos Open Lab y su Unidad de Investigación Clínica.

La empresa recibe las puntuaciones más altas en el ranking de Forbes con Sigma Dos en cuanto a las buenas relaciones que promueve entre los empleados, los beneficios sociales en áreas como el seguro médico, la fuerza de la marca, el sistema de días líbres y vacaciones o las acciones de responsabilidad social corporativa.

La política de diversidad puede haber influido en esas excelentes relaciones entre los empleados. Ana Valdivielso directora de Recursos Humanos para GSK en España, Portugal e Israel, asegura que ha convertido el respeto al diferente en una prioridad estratégica. Por eso, advierte: “Entendemos la diversidad como un elemento principal para el crecimiento de la empresa y fomentar la innovación en el lugar de trabajo”. Además, disponen “del certificado de Igualdad otorgado por el ministerio de igualdad desde el año 2011 y desde este año somos miembros de la Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGTBI”.

En cuanto a los beneficios sociales, también muy valorados, destacan el seguro médico para todos los empleados y familiares directos, el seguro de vida, las ayudas odontológicas, a la escolaridad (tanto infantil como en el colegio o en la universidad), a la financiación de campamentos de verano para los niños, a estudios de los propios empleados, a la previsión de su plan de jubilación, a la atención médica y al acceso a los fármacos producidos por GSK. Valdivielso añade que disponen también de “numerosos programas de salud y bienestar al alcance de todos los empleados que permiten mantener unos niveles de energía adecuados”.

Otro punto que destaca, ya en el ámbito de la formación, son “los planes de desarrollo individualizados”. Para ayudar en la creación de esos planes, cuentan desde este año con “Desarrolla-T, una nueva herramienta que orienta y facilita la identificación de las herramientas justas (formación, mentoring, coaching, rotaciones …) para cada necesidad detectada”.

Una forma de contribuir esa detección es la llamada Development Week, un evento anual para concienciar sobre la importancia de crecer profesionalmente y adquirir nuevas habilidades. También se pueden identificar las mejoras formativas mediante la opinión de los propios empleados sobre sus jefes. Así, apunta la directiva, “hemos introducido una herramienta de evaluación para que todos los empleados, anualmente hagan una valoración de sus gerentes” para “asegurar que tenemos lideres alineados con nuestros objetivos, valores y expectativas”. Existen dos programas especializados en liderazgo y uno de ellos (Leading in Context Programme) dura seis meses.

Los programas para mejorar la formación de los empleados van, además, desde el coaching para todos aquellos que lideran equipos, pasando por la mentorización tradicional (de profesionales de consagrados a otros que quieren serlo) e inversa (de jóvenes que dominan la digitalización de veteranos que aspiran a dominarla) o los secondments (alguien puede pedir ocupar durante unos meses otro puesto dentro o fuera de España y esa nueva ubicación puede hacerse indefinida al final del período). Los programas de formación también incluyen el GSK Academy Business & Leadership Programme, un MBA adaptado en colaboración con el Instituto de Empresa. Este programa tiene una duración de más de 120 horas con el objetivo de que empleados identificados con talento de España, Portugal e Israel puedan desarrollar una visión global de negocio y habilidades de liderazgo. Se desarrolla en inglés.

Somos también muy conscientes, advierte Valdivielso, “del reto que supone conciliar la vida profesional con el resto de las actividades que debemos o queremos abordar en nuestra vida, y el impacto que ello tiene en nuestro bienestar”. Para ello, concluye, “nuestra filosofía de trabajo, totalmente alejada del presentismo, facilita una gran flexibilidad que es uno de los aspectos más valorados por todos nosotros”.