1. Conoce cómo está el mercado
Antes de ir a la entrevista de trabajo, tienes que evaluar cual es la situación del mercado laboral en ese momento. Hazte una idea sobre el salario medio de los trabajadores del sector y tu respuesta estará más ajustada con la realidad. También puedes averiguar a través de grupos en las redes sociales el sueldo de algún trabajador de la empresa en cuestión.
2. No des números redondos
Nunca fijes tu respuesta en torno a un número concreto. Es recomendable que amplíes el margen y siempre digas una cifra aproximada. De esta forma, estará estableciendo en torno a qué cantidad has trabajado y estás dispuesto a seguir haciéndolo. Las empresas se quedarán con el dato e intentarán ofrecerte algo parecido.
3. Di siempre que tu salario varia
Puedes hacer referencia a las comisiones que recibías cada mes como una forma de insinuar a tu futuro jefe que tu sueldo podía crecer en función del mes. Hazte el despistado y apóyate en que no sabes cuál es tu salario base porque casi nunca lo has recibido como tal. Haz hincapié en los factores externos que influyen.
4. Desvía la pregunta hacia el trabajo
Si la conversación se complica y el reclutador sigue insistiendo, llévate la pregunta a tu terreno. Es decir, puedes bromear con tu sueldo y centrarte en las funciones que desarrollabas. La conversación se centrará entonces en lo que tú quieres que sepan.
5. Si dices cifra, incrementa
Quizás, al final, te pidan que digas la cifra exacta que recibías en tu trabajo anterior. Es ahí donde tienes que demostrar tu picardía y, en base a la información que tienes de la empresa, fijar tu salario. En este caso, recurrir a esta pequeña mentira te puede beneficiar para que tu sueldo final sea mayor.