Es la nueva piedra filosofal que puede transformar el modelo productivo y la organización de la sociedad y de las ciudades, las grandes ganadoras de este principio del siglo XXI. Tras la ola interminable de disrupciones tecnológicas ahora llega el turno de un cambio más profundo que afecta a los pilares de las relaciones económicas. Se trata del nuevo pacto entre generaciones para salvar el planeta del cambio climático y su ‘hoja de ruta’ son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿Están las empresas españolas preparadas para liderar este nuevo desafío?
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, estableció una visión transformadora hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental de los 193 Estados miembros que la suscribieron, entre ellos España. No se trata solo de buenas palabras, sino de objetivos concretos que cotizan en los mercados y que conforman un nuevo sancta sanctorum vital que debe impregnar las estrategias de negocio de las compañías que quieren liderar la conversación y acompañar frente a unos ciudadanos cada vez más concienciados.
SUEZ España ha integrado los ODS en su práctica diaria y se ha comprometido con especial énfasis con el primero y el sexto de los objetivos, que son la erradicación de la pobreza extrema y garantizar la disponibilidad de agua y de saneamiento con una gestión sostenible. Precisamente, el agua juega un papel clave en nuestro futuro. En 2050 la población mundial superará los 9.000 millones de personas, concentrada básicamente en grandes áreas urbanas. Se calcula que se necesitará un 40% más de recursos hídricos para satisfacer todas las necesidades de la población (además de un 35% más de energía y un 40% más de alimentos). El cambio climático provoca un mayor estrés hídrico que se vive de forma distinta en cada zona del globo. Pero la cruda realidad es que 2.000 millones de personas en todo el mundo carecen en la actualidad de un acceso seguro al agua potable y de sistemas de saneamiento.
En la batalla contra la pobreza, SUEZ es pionera en España en la protección de las familias vulnerables, aquellas que debido a la crisis económica han dejado de poder hacerse cargo del pago de los suministros en su hogar. El grupo, consciente de su responsabilidad, creó en 2012 un fondo de solidaridad para asumir las cantidades correspondientes al servicio del agua que no podían abonar las familias necesitadas. Y recientemente ha condonado en Barcelona y su área metropolitana la deuda acumulada por los hogares antes de que los servicios sociales reconocieran su estado de vulnerabilidad. SUEZ no corta nunca el suministro a las familias imposibilitadas para hacer frente al pago del recibo. Un compromiso social que le permite liderar las buenas prácticas del sector servicios.
Alianza público-privada
El sexto reto incluido en los ODS es el que hace referencia a la universalización del suministro de agua potable y a la dotación en todos los lugares del planeta de sistemas de saneamiento, vitales para luchar contra las enfermedades. La realidad en África, India y otros lugares de Asia es muy diferente a la que viven los ciudadanos en el mundo desarrollado. Dar un vuelco a esta situación supone un paso gigantesco. La magnitud del desafío requiere una alianza entre el sector público y el sector privado que figura, precisamente, como último punto y colofón de los ODS. La cooperación público-privada como potente instrumento para combatir las desigualdades en el planeta tiene una cita, que es a la vez un examen, en la 25 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 25) que se celebrará en Chile en solo unos meses.
La gestión de SUEZ en el país andino constituye una buena muestra de su apuesta por el desarrollo sostenible y la economía circular. En este país, que también sufre de manera intensa las consecuencias del cambio climático, Aguas Andinas (una compañía del grupo) puso en marcha el modelo revolucionario de las biofactorías, un nuevo concepto que sustituye a las depuradoras tradicionales y que permite darle una segunda vida al agua y a todos los residuos mediante unas unidades autosuficientes que no consumen recursos externos. Un modelo que, precisamente, fue premiado en la pasada cumbre del clima de Katowice (Polonia), en la que se realizó el seguimiento del gran acuerdo de París para combatir el cambio climático. En concreto, el galardón Momentun for Change de la Organización de las Naciones Unidas distinguió la Biofactoría del Gran Santiago de Chile. Una de las tres plantas integradas en el proyecto es autosuficiente energéticamente en más de un 80% y, en base a la producción de biogás dentro de la misma biofactoría, alcanzará en breve un 100% de producción de energía eléctrica requerida para su funcionamiento.
SUEZ siente como una oportunidad única de avanzar en materia de sostenibilidad la ya cercana cumbre de Chile. Por ello está contribuyendo, en el seno de organizaciones como la CEOE, al establecimiento de comisiones sectoriales entre el Gobierno y las empresas españolas para poder mostrar al mundo un modelo de colaboración que fue vital para el éxito, por ejemplo, de los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92.
Ahora en Chile las empresas españolas, que son las segundas inversoras en este enclave del Cono Sur tras EE UU, tienen la posibilidad de mostrar al mundo su tecnología, conocimiento y capacidad para ser un referente internacional en materia de economía circular. Ángel Simón, Vicepresidente Ejecutivo de SUEZ, subraya la importancia estratégica de que el Gobierno y las empresas españolas aprovechen para mostrar su “catálogo” de bienes y servicios para liderar el cambio de sistema productivo, enarbolando al mismo tiempo la lucha contra el cambio climático, el uso sostenible del agua y un horizonte de ‘residuo cero’. La colaboración público-privada es fundamental para entender el desarrollo reciente de España y el salto adelante registrado en Latinoamérica. Los ODS son un acicate para que gobernantes e iniciativa privada refuercen sus lazos y establezcan un nuevo programa de acción para una sociedad más justa y respetuosa con el planeta.